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Deuda

Argentina pide ayuda a los países latinoamericanos para pagar al FMI

Mientras, el FMI, uno de los principales acreedores, insiste en que no ayudará al país suramericano si éste no aprueba antes el plan económico que le exige. El Congreso acelera la aprobación de las leyes exigidas por el Fondo.

El Congreso trabajaba ayer a toda máquina para reformar la Ley de Quiebras, duramente atacada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que impide que las endeudadas empresas locales pasen a manos de capital extranjero. Se esperaba que por la noche (madrugada de hoy en España) quedaran aprobadas las reformas para complacer al Fondo. Para hoy está previsto una maratón de intervenciones legislativas para derogar otra la ley, la de subversión económica, que ha permitido que los jueces emprendan procesos contra banqueros acusados de fugar capitales del país. Otra exigencia del FMI.

Para hacer aun más dramática la situación, Duhalde ha apelado in extremis a un grupo de países de la región. Aunque no dio precisiones, es indudable que Brasil figura en el primer lugar de las naciones a las que el presidente argentino ha pedido que le hagan un préstamo transitorio para pagar deudas por 980 millones de dólares (1.100 de euros) que vencen la próxima semana. Entre esos pagos, figura uno de 200 millones (220 millones de euros) al inflexible FMI. Si esa ayuda no llega, el Gobierno estudia apelar a las reservas del Banco Central para hacerlos efectivos. 'Sería un disparate que Argentina cierre su economía. La exigencia del mundo es que Argentina se pongo a tono con el sistema en que vivimos, en el que hay reglas', imploró Duhalde para justificar su completo acatamiento al rigor impuesto por el Fondo y Washington. En este contexto, los rumores de elecciones anticipadas crecen con los días.

Limitar los ajustes

Pero nada parece agradar a los directivos del FMI o a los funcionarios del Tesoro estadounidense. Ayer, el Gobierno argentino parecía apenas recuperado del impacto sufrido por las duras críticas del secretario de Estado, Colin Powell, quien el martes había afirmado que no basta con un 'plan económico' y exigió a Argentina que termine con la corrupción si pretende obtener asistencia de su país. Pero en el contexto de sus permanentes mensajes contradictorios hacia Argentina, la subdirectora del FMI, Anne Krueger, matizó esas afirmaciones de Powell, al reconocer 'que hay límites al ajuste que puede ser alcanzado en medio de una aguda contracción de la economía'. Sin embargo, Krueger repitió a continuación que Argentina debe cumplir con el programa de ajuste perpetuo de sus cuentas fiscales exigido por el Fondo.

Ayer, el portavoz del FMI, Francisco Baker, desmintió que se estuviera preparando un programa para Argentina. 'El FMI no prepara programas para países', dijo Baker para referirse a una versión que indicaba que expertos del G-7 y del Fondo elaboran un plan económico.

En este contexto, la única voz crítica contra la política estadounidense y del FMI hacia Argentina no ha surgido de este país sino de Brasil. El presidente Fernando Henrique Cardoso ha dicho que, 'con Argentina, la actitud de los organismos internacionales es de lavémonos las manos'. Esperar que Argentina se organice 'puede llevar mucho tiempo, puede llevarla al fondo del pozo y esto incluso puede empeorar', afirmó. Cardoso explicó que su país 'debe ejercer un papel de equilibrio en la región'. Y criticó al Gobierno de Bush por priorizar las cuestiones de seguridad y no las vinculadas al desarrollo.

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