Un aliciente para mover la inversión
La modificación del IRPF despenaliza fiscalmente el cambio de fondo, una medida largamente reclamada por las gestoras y los inversores
Los partícipes de los fondos de inversión están de enhorabuena. O por lo menos lo estarán a partir del 1 de enero de 2003, cuando entre en vigor la Ley de Reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Entre las novedades del nuevo impuesto, existe una, largamente reclamada por el sector, que hace referencia a la extinción del peaje fiscal por el cambio de fondo. Hasta ahora, el partícipe que quería cambiar su inversión de un fondo a otro debía declarar las plusvalías obtenidas con la primera inversión, las cuales tributaban al tipo marginal del contribuyente, si realizaba el cambio antes de un año, y al 18% si lo hacía después de ese periodo.
El anteproyecto de ley que ha presentado el Ministerio de Hacienda es claro al respecto: 'Cuando el importe obtenido como consecuencia del reembolso de participaciones en fondos de inversión se destine, de acuerdo con el procedimiento que reglamentariamente se establezca, a la suscripción de otras participaciones en fondos de inversión, no procederá computar la ganancia y la pérdida patrimonial y las nuevas participaciones suscritas conservarán el valor y la fecha de adquisición de las participaciones reembolsadas'.
El fin de la penalización fiscal del cambio de fondo ha sido gratamente acogido por las gestoras de fondos, especialmente por las extranjeras y por aquellas de menor tamaño, por cuanto dinamizará el mercado, aumentará la competencia y permitirá que los partícipes inviertan en un fondo u otro, no tanto con criterios fiscales como con criterios de inversión y rentabilidad. La medida ha sido igualmente aplaudida por usuarios e inversores. 'Es una reforma que veníamos reclamando desde hace años', apunta Sergio Martínez, de la Asociación de Usuarios de Banca (Ausbanc). 'Al menos servirá para implicar a las gestoras en la competencia', añade. No faltan, sin embargo, ciertas reticencias entre las asociaciones de usuarios. 'El inversor español ve que las reformas fiscales pegan unos vuelcos impresionantes que les induce a error', asegura Javier Blancas, de la Asociación de Usuarios e Impositores de Bancos, Cajas de Ahorro y Seguros (Adicae). 'Hay que dar estabilidad al sistema', continúa.
A falta de un reglamento que desarrolle la reforma fiscal, el anteproyecto de ley ya ofrece algunas claves. Entre ellas, el texto despeja uno de los temores de las gestoras internacionales. El cambio de fondo sin tributar afectará a todas las instituciones de inversión colectiva que gocen del denominado pasaporte europeo de los fondos, es decir, que la reforma no se limitará a los fondos españoles, sino que incluirá todos los registrados en la Unión Europea, incluidas las Sicav luxemburguesas. Según el borrador de la ley, además, la exención fiscal del cambio de fondo puede ser total o parcial, es decir, que, cuando el importe reinvertido sea inferior al total de lo suscrito en el primer fondo, se excluirá de tributación la parte proporcional de la ganancia obtenida con la primera inversión que corresponda a la cantidad reinvertida. En el anteproyecto, sin embargo, esta posibilidad desaparece, aunque podría recogerla el reglamento.
Quedan todavía puntos por aclarar, para lo cual habrá que esperar al reglamento. Entre ellos, existe la incógnita de qué sucederá con la retención del 18% de las plusvalías que actualmente sufre el partícipe al cambiar de un fondo a otro. Asimismo, si habrá un plazo mínimo de estancia en el primer fondo para poder beneficiarse de la exención fiscal, o bien podrá el partícipe cambiar de fondo desde el primer día. Existe la posibilidad, quede como quede este último aspecto, de que las gestoras aumenten las comisiones de reembolso de los fondos para mantener al partícipe, aunque siempre respetando el límite legal, situado en el 5%.
La reforma incluye la rebaja del tipo marginal mínimo del 18% al 15%, con lo que este nuevo tipo será el que se aplique para las plusvalías obtenidas después de un año. A medio y largo plazo, los fondos se convierten con estas reformas en uno de los instrumentos más atractivos para el inversor.