Andersen descarta la posibilidad de lograr un acuerdo extrajudicial con el Gobierno
No hubo negociaciones en el último momento y ayer se abrieron para Andersen las puertas del juzgado de Houston (Tejas) donde la auditora va a ser juzgada por obstrucción a la justicia en el llamado caso Enron. Según el abogado de la entidad, Rusty Harding, la firma ya está dispuesta a meterse de lleno en el proceso penal y no se plantea retomar las negociaciones para llegar a un acuerdo ni siquiera mientras se sustancie el juicio, una práctica habitual en EE UU.
Con esta vía cerrada, los abogados, por un lado, del equipo de Harding y, por otro, los representantes del departamento de justicia (como querellantes) comenzaron ayer a seleccionar un jurado. Hasta 120 potenciales candidatos han sido seleccionados para esta primera acción procesal. En su momento, Andersen objetó este procedimiento porque los ciudadanos que serán elegidos viven en Houston, donde el caso Enron y el papel de Andersen han sido intensamente seguidos al ser Tejas la sede de la empresa eléctrica y porque la mayoría de los despidos se produjo en este Estado, lo que influiría en el jurado, según la firma.
En caso de un veredicto de culpabilidad por haber destruido documentos de Enron cuando el caso estaba bajo investigación, Andersen desaparecería no sólo por lo costoso de las multas y los cinco años de vigilancia, que es la máxima pena, sino porque la SEC (la CNMV en EE UU) le impediría auditar cuentas de empresas que cotizan.
No obstante, la situación de la firma ya es muy comprometida. Ha perdido la mayoría de su red internacional y más de 300 clientes en EE UU. Andersen ha firmado acuerdos con el 70% de sus socios para que dejen la firma y se unan a otras empresas. Adicionalmente, en otro juzgado de Arizona, la auditora pactó ayer el pago de 217 millones de dólares (unos 240 millones de euros) de indemnización a los acreedores y patronos de la Fundación Baptista, que auditó hasta su quiebra en 1999.