La apertura agrícola al Magreb restará 250 millones a los productores de la UE
La iniciativa de crear una Zona de Libre Comercio Euromediterránea para el año 2010, acordada en la Conferencia de Barcelona en 1995 y asumida como una de las prioridades de la presidencia española de 2002, producirá un crecimiento de la competencia directa para las producciones de frutas y hortalizas de los países mediterráneos de la UE próximo a 250 millones de euros anuales (unos 41.596 millones de pesetas).
Esta cantidad, equivalente al 2,6% del comercio anual intracomunitario de frutas y hortalizas, es el valor estimado del incremento de las exportaciones a la UE procedentes del norte de África, especialmente de Marruecos y Egipto, por las coincidencias en sus tipos de cultivo con los del sur comunitario.
Un informe realizado por los profesores de Econometría de la Universidad Autónoma de Madrid, Rafael de Arce, y de Política Económica de la UNED, Gonzalo Escribano, para Información Comercial Española, estima el aumento anual de la entrada de frutas procedentes del Magreb en el 3,42% de lo que Francia, España, Portugal, Grecia e Italia exportan al resto de la UE; incremento que sería del 1,89% en el caso de las hortalizas.
Aplicando estos porcentajes a los datos definitivos de la Federación Española de Exportadores de Fruta y Hortalizas (Fepex) para el ejercicio 2000, que cifran en 5.339,5 millones de euros el valor de las exportaciones de frutas de estos cinco países al resto de los mercados comunitarios y en 3.547,58 millones las exportaciones de hortalizas, resulta un aumento de la competencia directa de los países magrebíes valorado en 182,61 millones de euros para las frutas y de 67,04 millones para las hortalizas.
Un total de 249,66 millones de euros, cuyo coste recaerá fundamentalmente sobre España, primer productor comunitario y país que realiza el 33% del total de las exportaciones intracomunitarias de frutas y hortalizas, por un valor de 4.815,73 millones, con datos de 2000.
Compensaciones
Italia, con un 13,5% de la exportación intracomunitaria, y Francia con el 11,8%, son los otros dos grandes productores afectados por el impacto de esta liberalización unilateral del comercio agrícola por parte de la UE.
Una medida frente a la cual tanto los autores del informe como las principales asociaciones de exportadores del sector hortofrutícola coinciden en exigir a las autoridades de Bruselas y a los Gobiernos de los Quince que adopten 'esquemas de compensación' y la 'reconversión de amplias zonas costeras' en estos cinco países de la UE mediterránea.
Renovación del protocolo con Marruecos
Precisamente la Unión Europea mantiene actualmente negociaciones bilaterales con Marruecos para renovar el capítulo agrícola del acuerdo de asociación firmado con el reino alauí en 1994.
Las prioridades marroquíes en esta negociación son el aumento del contingente de exportación de tomates al mercado comunitario y la ampliación en un mes, hasta el 30 de abril, del calendario de envíos a la UE de ciertas frutas y hortalizas que el convenio vigente fija del 1 de noviembre al 31 de marzo.
Ambas exigencias cuenta con la oposición del Gobierno español, especialmente en el caso del tomate para el que Rabat ha solicitado un contingente de 216.000 toneladas anuales, frente a las 198.000 acordadas para la última campaña, así como aumentar la concesión un 5% cada año durante el quinquenio en que estará vigente el nuevo protocolo.
El Gobierno marroquí pide también a Bruselas que una parte de este contingente autorizado pueda ser exportado a un arancel cero y con precio de entrada normal, aplicando a la cantidad restante un precio reducido.
Además de la firme oposición a estas pretensiones, las autoridades españolas han propuesto también a la Comisión Europea que el nuevo acuerdo incluya medidas de apertura del mercado marroquí para las exportaciones comunitarias de grasas y aceites, residuos agroalimentarios, conservas de frutas y hortalizas, transformados de la pesca, flores y plantas, productos avícolas, fibras textiles y determinados cereales.