La debilidad del sector coge con el pie cambiado a los gestores
La debilidad renovada de las telecomunicaciones en las Bolsas del mundo ha cogido desprevenidos a los grandes gestores de fondos, que habían apostado con fuerza por estas empresas a principio de año. Este hecho ha contribuido al aumento de la volatilidad de los índices, porque los profesionales de la gestión de inversiones se han visto obligados a revisar sobre la marcha las estrategias de inversión, quizá cuando ya es demasiado tarde.
Un repaso a los informes de situación y a las carteras modelo que fueron publicadas a principio de año demuestra que las telecomunicaciones fueron las más recomendadas. En el caso español, no hay firma de Bolsa que se precie de tal que no mantuviera a Telefónica con un peso alto en la composición de las carteras.
El argumento era que estas compañías habían bajado mucho el año anterior; que lo peor, por tanto, había pasado y que los bajos precios propiciarían movimientos de fusión u opa en el mundo. El deterioro, empero, ha sido mayor a medida que pasa el tiempo, de tal modo que la mayor parte de estas compañías se han comido todas las plusvalías que generaron en plena burbuja tecnológica.
Autoalimentación
El curso actual de los acontecimientos alrededor de las empresas de telecomunicaciones es idéntico, pero en sentido inverso al que se produjo entre 1998 y marzo de 2000. A medida que mejoraba entonces la capitalización de estas empresas más subían, porque los gestores que replicaban los índices se veían obligados a invertir en los valores de más peso.
Ahora, la posición es de desandar el camino de antaño, con lo que el movimiento bajista se autoalimenta, porque son muchos los que replican los índices.