Venezuela no asusta a las enseñas españolas
Frente a la crisis argentina que ha bloqueado los planes de establecimiento o expansión de muchas enseñas españolas, la situación venezolana apenas ha influido en la decisión de las cadenas de franquicias sobre sus proyectos en este país.
La Retoucherie de Manuela ha firmado en plena vorágine política un acuerdo con un empresario venezolano para que explote la marca en toda América Latina; Lienzo de los Gazules ya tiene en obras su primera tienda franquiciada en Caracas; a Mango le funcionan perfectamente sus tres tiendas en este país; e Imaginarium mantiene sus 10 establecimientos asociados, pese a que en las últimas seis semanas las ventas han caído un 20%.
Según Eduardo Abadía, gerente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), Venezuela es un mercado a tener en cuenta. De hecho, en la feria de la franquicia que se celebró el pasado mes de marzo en Caracas, estuvieron presentes empresas como Pressto, TapasBar, El Paellador, Neck & Neck, Trimagen, Clean & Clean, K Internacional y Ecolider, entre otras.
La apreciación general de las enseñas españolas que acudieron a este salón es 'buena y con posibilidades de negocio, aunque ha habido un ligero retraimiento a raíz de los últimos acontecimientos políticos', asegura el gerente de la AEF.
Otras de las enseñas que han mostrado su interés en exportar su modelo de negocio a Venezuela son Valentín Ramos, Academias Colón, Tribune y Recycling System, si bien es cierto que todas ellas lo hicieron antes de que se desatara la reciente crisis política.
Según Santiago Barbadillo, máximo responsable de la consultora Barbadillo & Asociados, la oficina que la compañía tiene en Venezuela continúa desarrollando proyectos concretos, pese a la situación 'coyuntural' que vive el país.
El caso de Argentina, en cambio, ha afectado de forma importante a algunas enseñas españolas, según reconocen tanto Eduardo Abadía como Santiago Barbadillo.
La cadena de moda Mango ha cerrado dos de las seis tiendas que tenía en Buenos Aires y en las otras se han reducido gastos; incluso se ha ofrecido a parte de la plantilla el traslado a España, aunque todavía no se ha podido realizar en ningún caso, según fuentes de la compañía.
En el caso de Trimagen (especializada en la realización de esculturas personalizadas que se comercializan en tiendas de fotografía), el masterfranquiciado que tenía en Argentina, donde ya había abierto siete establecimientos, ha cerrado el negocio ante la difícil situación económica del país.
En Venezuela, en cambio, se mantiene la esperanza de introducir la cadena, aunque el acuerdo con un exclusivista se ha paralizado tras los últimos acontecimientos, según José María Neira, responsable de la firma.
Una de las pocas enseñas españolas que mantiene sus planes tanto en Argentina como en Venezuela [10 tiendas] es Imaginarium, la cadena de tiendas de regalos para niños. Según Félix Tena, presidente, están estudiando la apertura de una oficina en Buenos Aires que se encargaría del cono sur.
'Las ventas en Argentina [siete tiendas] han descendido, pero creemos que podremos aguantar. Nuestro objetivo es a medio y largo plazo porque, además, ahora se están encontrando otras oportunidades, por ejemplo en el sector inmobiliario, con una importante bajada en los precios de los alquileres', añade.
Aunque la inversión inicial la realizaron los franquiciados, ahora es la matriz española la que está soportando la carga del negocio argentino, ya que continúa enviando mercancía sin recibir pagos.
Esto ha hecho que Imaginarium se plantee adquirir una participación mayoritaria en Making Dreams, la compañía que tiene la exclusividad para el país.
Los franquiciados americanos miran al Este
Uno de los fenómenos que se han desatado a raíz de las crisis venezolana y, sobre todo, argentina es el
incremento de contactos por parte de potenciales inversores de estos países con cadenas y consultoras españolas. Su objetivo es abrir una franquicia en España y buscar así una salida a la actual situación que viven en su país.
Según las informaciones recogidas por la oficina de Barbadillo & Asociados en América Latina, el prototipo de perfil de argentino interesado en invertir en una franquicia en España es un padre de familia de entre 30 y 45 años, de clase social media, y que no desea gastar todos sus ahorros en una inversión inicial, sino que busca establecer un negocio en España que les dé seguridad. La inversión media que están dispuestos a realizar oscila entre los 60.000 y los 90.000 euros, y los sectores que más demandan son el de papelería, inmobiliaria y restauración, que son los que requieren menor inversión y ofrecen una notable rentabilidad.
En el caso de Venezuela, la delegación de la consultora en este país recibe una media de 30 llamadas telefónicas de personas interesadas en invertir en España. La mayoría son venezolanos de clase media-alta, profesionales con capacidad económica y que se mueven por motivos de inseguridad personal y desconfianza política. Están dispuestos a invertir unos 114.000 euros, aunque en algunos casos demuestran una capacidad inversora de 570.000 euros. Los sectores que más demandan son la restauración, la moda, la decoración y la papelería.