Israel reconoce errores en Yenín pero vuelve a irrumpir en Hebrón
El Gobierno de Israel reconoció ayer que las operaciones desarrolladas en el campo de refugiados de Yenín estuvieron 'mal coordinadas' y que en ellas participaron soldados 'inexpertos'. El campo fue destruido a comienzos de mes en lo que los palestinos califican de masacre. Aunque Tel Aviv asegura que no hay nada que ocultar, las objeciones del Gobierno israelí volvieron a retrasar una vez más la misión de investigación de la ONU.
El campo de Yenín servía de refugio a unos 13.000 palestinos. Una operación israelí se saldó con la destrucción del campo. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) denuncia la muerte de miles de civiles, mientras Israel cifra las víctimas en decenas.
Las presiones internacionales no amedrentan al Ejecutivo israelí, que ayer volvió a irrumpir en Hebrón y mató a nueve palestinos, según la ANP. El otro punto candente es el de la Basílica de la Natividad, en Belén, donde se refugian desde hace tres semanas unos 200 palestinos, entre ellos 30 combatientes. Las negociaciones para la rendición de los palestinos no impidieron que un francotirador israelí matara ayer a un miliciano. Se espera la entrega de 18 civiles, que aceleraría la solución del conflicto.
Mientras, el presidente palestino, Yasir Arafat, se prepara para recuperar la libertad de movimientos tras cuatro meses y medio confinado en Ramala. Seis palestinos detenidos en relación con el asesinato del ministro israelí de Turismo, Rejavam Zeevi, y con el tráfico de armas serán custodiados en Jericó por representantes de EEUU y británicos. Washington confirmó ayer que los estadounidenses no serán militares.