Mallorca aprueba un plan para controlar los vertidos de escombros
El Consell de Mallorca ha aprobado un plan director sectorial para la gestión de residuos de construcción y demolición, residuos voluminosos y neumáticos fuera de uso para la isla. Es la primera diputación que regula sobre los escombros para reducir su vertido y racionalizar el uso de los recursos naturales en las obras. Por comunidades, sólo Cataluña, Madrid y Baleares han cumplido el mandato del Plan Nacional de desarrollar actuaciones concretas al respecto, aunque el saco anual de escombros que carga cada ciudadano de estas tres autonomías pesa más de una tonelada.
España es el quinto país europeo que genera más residuos de construcción o escombros, con el agravante de figurar entre los que menos esfuerzo realizan para recuperarlos. Según el Informe Symonds -que sirvió de base al primer documento de trabajo de la Comisión Europea-, el 95% de los 13 millones de toneladas de materiales inertes que se producen en España cada año acaba en vertederos. Aunque más de la mitad del volumen de estos residuos en la Unión Europea procede de Alemania y Reino Unido, éstos alcanzan tasas de reutilización, respectivamente, del 17% y 45%.
No obstante, estos países se sitúan muy lejos del ejemplo de Holanda, Bélgica y Dinamarca, que consiguen aprovechar más del 80% de los escombros de las obras. No es casualidad que también tengan un mayor desarrollo de legislación específica, que regula estos materiales de desecho al margen del resto de los residuos sólidos urbanos.
En Holanda, por ejemplo -y según datos del Club Español de los Residuos-, el Gobierno ha cerrado 20 acuerdos voluntarios con diversas organizaciones industriales para promover la recogida selectiva de los materiales, lo que facilita su reutilización. Además, ha bonificado el uso de áridos reciclados en el hormigón. En el Reino Unido sólo se aplican impuestos sobre el vertido, pero ahora se pretende gravar la extracción de áridos naturales.
En nuestro país, algunas Administraciones autonómicas intentan sentar las bases para desarrollar una industria del reciclaje. Cataluña fue la pionera, al iniciar un programa específico en 1995, tras haber promulgado un decreto para estos desechos en 1994. Alfred Cohí, director de la Junta de Residuos para el área municipal, explica su necesidad: 'En Cataluña producimos cerca de una tonelada de escombros por habitante y año, cuando la media europea se sitúa cerca de media tonelada'. En junio de 2001, la Generalitat aprobó un segundo programa, que pretende llegar a valorizar para 2006 el 65% de los seis millones anuales de toneladas de escombros que produce la región, lo que eleva sustancialmente el 10% que Cohí calcula que se aprovechó en 2001.
El frenesí del sector de la construcción es incluso mayor en Madrid. En su Plan de Gestión Integrada de los Residuos Inertes (1999-2009) se calcula una producción media anual de 1.670 kilogramos por madrileño.
En junio del año pasado se aprobó el Plan Nacional de Residuos de Construcción y Demolición, que encarga a las comunidades autónomas el desarrollo normativo necesario para lograr valorizar al menos un 60% de los materiales de escombro para 2006.
En diciembre, Baleares publicó un plan director para la gestión de estos residuos. Como a Mallorca le corresponden casi 789.000 toneladas anuales de escombros sobre el total 870.000 toneladas, el Gobierno insular ha establecido, a través de un plan propio, las estrategias oportunas para conseguir valorizar el 70% dentro de cinco años.