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Elecciones francesas

El ultraderechista amenaza con sacar a Francia de la UE

El líder ultraderechista francés celebró ayer su triunfo en la primera ronda de las presidenciales lanzando un duro alegato antieuropeo. Le Pen, que centró buena parte de su campaña en la lucha contra el crimen y la inmigración (dos conceptos que suele aunar), dijo ayer en rueda de prensa que sacará a Francia 'de la Unión Europea del Tratado de Maastricht'.

'No soy enemigo de Europa', declaró. 'Defiendo la Europa de las naciones, pero soy un decidido adversario de una Europa supranacional, federal y federalista'.

El éxito conseguido por Le Pen el pasado domingo ha sido recibido con especial preocupación por los colectivos de inmigrantes y por las comunidades judía e islámica de Francia. Además, preocupa a quienes ven en su alto porcentaje de votos un signo inequívoco de que hasta un tercio de los franceses ve con recelo el proceso de integración europea.

Francia fue uno de los países fundadores de la Unión Europea y de la Unión Monetaria que, según Le Pen, 'destruyó el franco' francés. Y el resultado de las primarias fue recibido en los mercados con un claro declive del euro, que cayó por debajo de los 89 centavos de dólar.

Según los analistas de Credit Suisse First Boston, los resultados de la primera vuelta de las presidenciales francesas pueden tener consecuencias 'peligrosas'. Primero, 'porque los políticos de izquierda pueden verse tentados a girar aún más su plataforma hacia la izquierda'. Segundo, 'y más importante, porque la tradicional división entre derecha e izquierda se vuelve más borrosa' y reemerge 'la línea que separa a proeuropeístas y antieuropeístas'.

Un tercio de los votos

Más de un tercio de los votos depositados este domingo por los ciudadanos franceses fue a parar a candidatos con posiciones antieuropeístas. Según CSFB, 'parece que los votantes franceses siguen sin estar convencidos de que la Unión Europea se adapta a sus necesidades'.

Según el analista Jean-Francois Mercier, de Schröder Salomon Smith Barney, 'no veremos a Chirac decir 'vamos a abandonar el euro', pero 'los mercados financieros tendrán que repensar su estrategia, los políticos tendrán que repensar sus mensajes y los votantes necesitan algunos días para reflexionar'.

El paso de Le Pen a la segunda vuelta de las presidenciales francesas se suma al avance de otros grupos políticos ultranacionalistas y euroescépticos en el resto de Europa. En Alemania, el Partido Socialdemócrata (SPD) de Gerhard Schröder afronta unas duras elecciones en septiembre contra el conservador cristiano-demócrata Edmund Stoiber (quien inició su campaña con una posición bastante más euroescéptica que las del SPD, pero luego moderó sus posiciones).

El domingo, los votantes del land de Sajonia-Anhalt votaron mayoritariamente a favor del Partido Cristiano Demócrata. Según CSFB, 'parece muy posible' que ocurra lo mismo en el Gobierno federal, cuando se celebren las elecciones el próximo mes de septiembre.

Algunos observadores han destacado que resulta irónico que la extrema derecha logre tantos votos en Francia, que fue uno de los países europeos que más presionó a favor de un boicot político contra Austria en el 2000, cuando el ultraderechista Partido de la Libertad, liderado por Joerg Haider, se sumó a la coalición de Gobierno con el conservador Partido del Pueblo, del canciller Wolfgang Schuessel.

En Italia, el conservador Silvio Berlusconi gobierna con apoyo de la ultraconservadora Liga del Norte, contraria a la unión continental.

Berlusconi habló ayer sobre el 'giro del péndulo' político europeo, que ha pasado de la socialdemocracia hacia los grupos conservadores. Y los últimos datos y sondeos electorales le dan la razón.

En Portugal, con la victoria de la centroderecha el mes pasado, la centroizquierda perdió su mayoría entre los 15 Gobiernos de la Unión Europea luego de cinco años de pleno control. El Partido Nacional Renovador (PNR), de tendencia ultraderechista, saludó ayer el triunfo de Le Pen y dijo que su éxito supone 'la confirmación de la enorme voluntad de cambio que existe en Europa, harta de ideas caducas'.

En Holanda, donde un Gobierno liberal de izquierda renunció la semana pasada debido a un informe sobre una masacre ocurrida en Bosnia en 1995, también puede haber lugar para el cambio. Las encuestas reflejan que Pim Fortuyn, un ultraderechista y populista defensor de tesis contra la inmigración, está listo para sacudir el escenario político y probablemente ayudar a que la derecha recupere el poder en las elecciones generales previstas para el 15 de mayo.

En Dinamarca, el apoyo que logró el ultraderechista y antiinmigrantes Partido del Pueblo ayudó a torcer la balanza y a permitir que la centroderecha llegara al poder.

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