El gasto del PER se cuadriplicó desde 1985 pese al descenso de los trabajadores agrarios
Además, de acuerdo con cifras oficiales, el número de perceptores del subsidio agrario creció un 22% en ese periodo, al pasar de 299.534 a 365.154 beneficiarios.
Las razones para llevar a cabo la reforma del antiguo Plan de Empleo Rural (PER) se basan, precisamente, en la existencia de prácticas fraudulentas en el sistema, dado que el gasto está aumentando cuando la población agraria decrece y cuando hay una mayor presencia de inmigrantes.
Las mismas fuentes indicaron que el número de beneficiarios se aumenta "artificialmente" ya que un día de trabajo en el sector agrícola y 35 jornadas trabajadas otorgan derecho a un subsidio de al menos 6 meses, lo que permite la entrada de "personas extrañas" al sector agrario. Así, se entiende que se están incorporando al subsidio personas que no son realmente trabajadores eventuales agrarios, dándose la posibilidad de que un mismo trabajador pueda conseguir subsidios para allegados y familiares.
El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha propuesto, en el marco de la reforma de protección por desempleo, la desaparición paulatina del PER agrario. Los derechos adquiridos se mantendrán, pero no habrá nuevas incorporaciones, y los jornaleros andaluces y extremeños que queden excluidos podrán optar por incorporarse a un nuevo sistema de carácter contributivo para todo el territorio nacional, con cotización obligatoria según las jornadas reales.
En este nuevo sistema, las prestaciones tendrán una escala de un día de cobertura por cada cuatro días de ocupación cotizada. Para tener derecho a esa prestación, al igual que el resto de trabajadores, se exigirá reunir un año de cotización en un plazo de seis años.
En las provincias en las que más se incrementó la actividad agraria y que cuentan con mayor número de inmigrantes, esto es, Almería, Huelva y Cáceres, fue donde más creció el gasto. Entre 1985 y 2001, el coste de este subsidio especial se multiplicó por 3,85 en Andalucía, mientras que en Almería se multiplicó por 5,42 y en Huelva por 6,55.
En 1985, el 87% de los perceptores eran hombres frente al 13 por ciento de mujeres. Sin embargo, a finales del pasado año el 60 por ciento de los beneficiarios eran mujeres y el 40 por ciento hombres, lo que significa que la presencia de los varones se ha reducido casi a la mitad, mientras que la de las mujeres se ha multiplicado por más de cinco.
Por edades, se observa que en los últimos 16 años ha disminuido del 24 al 10% el número de beneficiarios menores de 25 años, mientras que se ha incrementado la presencia de las personas de mayor edad.
Del total de perceptores existentes al finalizar 2001, el 75 por ciento obtuvo 6 meses de prestación por trabajar 35 jornadas, el 9% logró el derecho a 10 meses de prestación habiendo trabajado las mismas jornadas, y más del 16 por ciento obtuvo la prestación para todos los meses del año.