Recuperación con cautelas
El ligero recorte del déficit de la balanza comercial en el mes de enero es, objetivamente, un buen dato. Tanto por la recuperación apuntada en la evolución de los flujos comerciales como por la comparación con los principales países de nuestro entorno, que si bien muestran todos una moderación en la caída de sus intercambios, en datos desestacionalizados, ninguno, salvo España, logra cerrar el mes con tasas interanuales positivas.
Especial importancia merece la reactivación de las exportaciones que, impulsadas por la demanda de los mercados de la Unión Europea, nuestros principales clientes, y la subida de los precios, aumentan un 2,5% nominal y el 1,8% en términos reales, rompiendo con tres meses consecutivos de caídas en los que las ventas exteriores españolas registraron los peores resultados de los últimos 10 años.
Desde el punto de vista de la importación, la subida real de 6,8 puntos en el primer mes de 2002, descontado el descenso de los precios, acentúa la aceleración apuntada en los últimos meses del año pasado. En este capítulo es relevante el repunte de las compras de bienes de capital, los más castigados por la desaceleración del segundo semestre del año pasado, algo que puede anunciar un punto de inflexión en la caída de la inversión española en el último ejercicio.
Ambos factores, la reactivación de las exportaciones (que apuntan también las expectativas empresariales expresadas en las encuestas del Gobierno y de las Cámaras) y de las compras de equipos y semimanufacturas, estarían en la base de la revisión al alza de la previsión de crecimiento de la economía española realizada por el Fondo Monetario Internacional. Este organismo elevó ayer al 2,3% el aumento del PIB español en 2002, dos décimas más que en su anterior informe, y espera que alcance el 3,2% el año próximo.
Conviene, sin embargo, ser prudente y no lanzar las campanas al vuelo por anticipado. Porque si es cierto que hay señales positivas, también lo es que los resultados de un solo mes son insuficientes para hablar propiamente de recuperación y más aún tratándose de un dato errático como el de enero, mes que junto con agosto son los menos representativos para marcar tendencia sobre la evolución de los flujos comerciales.
Tampoco existen garantías sobre la recuperación de las economías francesa y alemana, los primeros destinos de nuestra exportación y que han sido decisivos, junto con el Reino Unido, en la mejora de la exportación de enero. Incluso, en este último país, donde las ventas españolas subieron más de 33 puntos, los técnicos de Economía advierten de la posible existencia de algún componente irregular. En cualquier caso, habrá que esperar a conocer los resultados al menos de un trimestre y a disipar las incertidumbres sobre los precios del petróleo a corto plazo antes de emitir un diagnóstico razonable y razonado sobre la salud de nuestro sector exterior en 2002.