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Legislación

'Los jueces deberían recibir formación sobre la Red'

Jean-Jacques Gómez, juez del 'caso Yahoo', ve imposible que exista una jurisdicción global en Internet similar al Tribunal Internacional de La Haya

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a sentencia del llamado caso Yahoo fue una de las primeras que mostró que en Internet sí había fronteras y el juez que la dictó, el magistrado francés de la Corte de Casación Jean-Jacques Gómez, puede pasar a la historia como uno de los primeros que empezó a establecer jurisprudencia en todo el mundo digital.

El juez Gómez recuerda el caso. 'En primer lugar recogimos las denuncias de organizaciones como la Liga Francesa contra el Racismo y el Antisemitismo. Sus representantes afirmaban que en portales como Yahoo Francia se vendían a través de subastas objetos relacionados con el genocidio, un delito penado en el país galo. Tras estudiar las denuncias nos dirigimos a la propia compañía con un requerimiento de retirada, pero los directivos argumentaron que no estaban en Yahoo Francia, sino en la web general de Yahoo, cuya sede está en EE UU'.

Era un choque y el juez Gómez tuvo que dictar sentencia, que a la postre fue revolucionaria. Una decisión que sacudió a todo el sector de Internet porque obligaba a Yahoo a impedir que los internautas galos pudieran tener acceso a los objetos nazis, aunque su comercialización se hiciera desde EE UU 'porque en Internet, al ser una red abierta, un ciudadano francés puede conectarse a cualquier sitio web, sea de donde sea', señala el juez.

El magistrado recuerda que no fue fácil porque Yahoo recurrió, pero no a un tribunal francés, sino a uno californiano. Y este último juzgado dictó una sentencia en la que afirmaba que la justicia gala no tenía jurisdicción en EE UU, además de indicar que iba contra la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, en la que se contiene el derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, según Jean-Jacques Gómez, en ese momento empezaron las contradicciones. 'Al principio, los directivos de Yahoo dijeron que no se retirarían los objetos, entre otros motivos porque no hay posibilidades técnicas que bloquear una ventana en EE UU para internautas de otro país. Pero, a los pocos meses, los trasladaron a una web de pago. ¿Porqué lo hicieron? No sé, pero fue un cambio astuto. Yo, de todas maneras, había hablado con diversos expertos y me dijeron que sí se podía bloquear un contenido desde el proveedor de acceso a Internet (ISP) mediante distintos tipos de filtros, por lo menos en el 70% de los casos'.

'Y no fue sólo Yahoo en pocas semanas, Ebay hizo algo similar', dice el juez, que añade que los ejecutivos de estas empresas eran conscientes de que el material nazi podía ser visto por cualquiera. Incluso, según él, la propia justicia de EE UU pasó a darle la razón, aunque fuera de manera indirecta. 'A los pocos meses, un juez norteamericano dictó una sentencia contra unas web de apuestas cuyas sedes estaban en la isla caribeña de Antigua impidiéndolas que ofrecieran sus servicios en EE UU', analiza.

El magistrado francés pone un tercer ejemplo al señalar que otro juez canadiense obligó a un sitio web de dicho país a no emitir en EE UU unas señales de televisión que previamente había captado en un canal local.

Delito y libertad de expresión

En este punto, el juez Gómez rechaza que tanto estas sentencias como la suya fueran contra la libertad de expresión porque al igual que en el mundo real, en Internet hay unas normas que respetar. 'La gente debe poder expresarse, pero no de algo que pueda constituir un delito', y añade que el racismo lo es. Además, para respaldar su postura, Jean-Jacques Gómez pone el ejemplo de la lucha de EE UU contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre, 'el Gobierno de Bush está bloqueando web y controlando correos electrónicos, y eso no es ir contra la libertad de expresión, sólo es una forma de intentar acabar con la delincuencia', dice.

Al igual que rechaza que la sentencia del caso Yahoo menoscabara la libertad de expresión, Gómez no acepta que su decisión viniera a favorecer lo que se ha denominado excepción cultural francesa, es decir, las distintas normas que los Gobiernos galos han aprobado para proteger las obras culturales nacionales como libros o películas. 'Nunca fue ésa mi intención', sentencia. Aun así, el magistrado cree que van a repetirse muchas tendencias similares en muchos estados porque los conflictos de intereses entre personas y empresas de distintas naciones es algo que siempre ha existido.

Jean-Jacques Gómez afirma con claridad que es muy complicado que exista una jurisdicción internacional global sobre Internet similar al Tribunal Internacional de La Haya, 'en Europa, incluso, es muy complicado llegar a acuerdos con los países anglosajones'. No obstante, según él, los países deben seguir dialogando y ante la creciente influencia de Internet, los jefes de Estado de las naciones europeas deberían realizar una declaración conjunta que facilitara la coordinación de las legislaciones. 'Hay que tomar más conciencia de lo que la Web supone'.

El magistrado galo también cree que es muy difícil que se pueda formar un tribunal especial para Internet en los distintos países. Aunque opina que sí es necesario que los jueces reciban formación sobre todo lo relacionado con el mundo en línea dada su influencia. 'Quizá sea necesario un lenguaje jurídico común para los casos que tengan que ver con Internet y fomentar las relaciones', afirma. Así, 'se caminaría hacia la consolidación de una jurisprudencia común'.

De momento, Jean-Jacques Gómez cree que los primeros pasos dados por la Unión Europea con la última aprobación de la directiva sobre comercio electrónico son positivos. Aunque, según él, no deben quedarse ahí porque cada vez hay más cibertransacciones y es un escaparate muy atractivo para los genios de la delincuencia. 'Desde que comencé a estudiar estos ámbitos en 1997 he conocido auténticos genios que fabricaban tarjetas falsas y creo que continúan trabajando y seguirán, se lo garantizo', afirma el magistrado francés.

Denuncias sobre derechos de autor

 

El juez Jean-Jacques Gómez es de origen español, su apellido le delata. Según explica, su familia proviene de las islas Canarias, aunque reconoce que habla español muy mal. Al igual que el mundo de Internet tiene una vida muy corta, su trayectoria como magistrado dedicado a casos relacionados con el sector digital también es muy breve. 'Yo no había oído hablar de Internet hasta el año 1996 y al principio sólo conocía lo que mis hijos me contaban. Era una absoluta novedad', explica el juez francés, que añade que tuvo que ponerse al día en muy poco tiempo. Uno de sus primeros pasos fue buscar el asesoramiento de un despacho de abogados que le enseñara el vocabulario de Internet. Si bien cree que su anterior etapa como empleado en un grupo que se dedicaba a realizar dictámenes sobre conflictos y su posterior época de juez de conflictos sobre los derechos de autor le sirvieron para su acercamiento a Internet.

 

 

 

 

 

 

 

Antes del caso Yahoo, Jean-Jacques Gómez tuvo que resolver diversas denuncias relacionadas precisamente con los derechos de autor. En este sentido, el magistrado francés es muy contrario a los que defienden ejemplos como el de Napster o MP3.

 

 

 

Para él, Internet debe ofrecer seguridad para las empresas que comercializan sus servicios o productos a través de la Red. 'Muchos pensaron al principio, con cierta ingenuidad, que la web era un campo libre, pero con el tiempo, se dieron cuenta que debería haber una seguridad jurídica, no sólo para una compañía, sino también para los usuarios', afirma.

 

 

 

No obstante, Jean-Jacques Gómez no quiere atribuirse ningún mérito. 'Yo no elegí el caso Yahoo por ser una empresa con gran relevancia mundial, fue algo que me tocó porque los jueces no escogen los casos que tienen que resolver', afirma con la intención de evitar una fama que cree no le corresponde.

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