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Regulación empleo

United Biscuits amenaza con quebrar Fontaneda si se impiden los despidos

United Biscuits no seguirá financiando las pérdidas de Fontaneda. En el caso de que las autoridades laborales de Castilla y León no aprueben el expediente de regulación de empleo presentado para sus 270 trabajadores, la multinacional británica no aportará más dinero a su filial y dejará que la compañía entre en quiebra.

Juan Casaponsa, director general de United Biscuits en España, tiene las ideas muy claras y una voluntad decidida de llevar a cabo lo que él cree que es la mejor solución de futuro para la compañía en España y sus 1.184 trabajadores. 'Entiendo perfectamente la enorme trascendencia humana y social que se ha desencadenado en Castilla y León y en Aguilar de Campoo en relación con el cierre de la fábrica, pero la realidad, que nadie ha desmentido todavía, es que la planta de Fontaneda no tiene ningún futuro económico, es obsoleta. Nadie que sepa mínimamente algo del negocio de galletas, ni siquiera los pretendidos compradores que en los últimos días han aparecido, pueden desmentir esta realidad'.

'Solo hay un camino de viabilidad', precisa, 'construir de nuevo la planta, pero no tiene sentido cuando tenemos otras dos fábricas infrautilizadas en España'.

Casaponsa asegura que le queda mucha paciencia para llegar a un acuerdo con las autoridades y con los trabajadores que permita recolocar a la plantilla y reestructurar United Biscuits en los términos ya planteados, 'pero el cierre no tiene vuelta de hoja'. 'En el caso de que no se autorizara el expediente de regulación, no seguiremos financiando las pérdidas de Fontaneda y entraríamos a gestionar una quiebra'.

Juan Casaponsa, máximo directivo de la empresa desde septiembre del año pasado, asegura estar sorprendido por la reacción que ha tenido la propuesta presentada por United Biscuits, aunque estima que 'las aguas volverán a su cauce y podremos intentar que se nos escuche'.

En el marco de su voluntad de diálogo sólo encuentra un reproche ante la reacción de políticos y sindicatos: 'Todo el mundo da por hecho que las familias que viven en Aguilar de Campoo sólo pueden subsistir si Fontaneda no cierra. No entiendo por qué se infravalora a todo un pueblo, ¿por qué no se analiza la posibilidad de instalar allí otro tipo de negocio? Parece que en Aguilar de Campoo sólo saben hacer galletas'.

Sin embargo, Casaponsa estima que habrá un antes y un después de Fontaneda. 'Si se sigue actuando de esta manera, si esta es la imagen que damos, no estamos favoreciendo el hecho de que España pueda ser un destino atractivo para inversiones futuras de las multinacionales'.

En todo caso, subraya, 'tenemos derecho a tomar decisiones empresariales con libertad. Nadie nos puede exigir vender nuestros activos de forma irresponsable. Y nadie nos puede obligar a continuar en pérdidas por el mero hecho de estar instalados en una localidad determinada'.

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