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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Estalla la crisis de Kirch

La crisis del Grupo Kirch llegó ayer definitivamente a los tribunales. Su principal filial, KirchMedia, presentó la esperada suspensión de pagos en un juzgado de Múnich, con unas deudas acumuladas de 6.500 millones de euros. Esta decisión es algo más que la mayor suspensión de pagos de la historia alemana o el hundimiento de uno de los mayores imperios de medios de comunicación europeos.

La crisis del Grupo Kirch pone de manifiesto el perverso efecto de los fuertes desembolsos realizados por las cadenas de televisión para asegurarse los grandes eventos deportivos, especialmente los relacionados con el fútbol, que luego no alcanzan la rentabilidad prevista. De hecho, hace dos semanas, la cadena británica ITV, propietaria de los derechos de la Premier League [el equivalente a la Primera División de fútbol española], también acudió a la suspensión de pagos. En España, los derechos de televisión se han convertido en el gran lastre de las plataformas digitales.

La potente banca alemana también se ha visto salpicada por los problemas de Kirch. Aunque el más perjudicado es el Bayerische Landesbank (la deuda asciende a 1.900 millones de euros), en la lista de acreedores también están en lugar destacado el Deutsche Bank, el Dresdner Bank, el Hypovereinsbank o el Commerzbank. Esta situación es más preocupante si se tiene en cuenta que las entidades financieras alemanas también han de soportar otras suspensiones de pagos recientes, como la de la constructora Philip Holzmann.

Las repercusiones del desplome de Kirch también alcanzan a España. El grupo alemán es el dueño del 25% de la cadena de televisión Telecinco. Todo parece indicar que la venta de esta participación está pactada con los accionistas actuales de esta cadena, entre ellos el grupo propiedad de Silvio Berlusconi, y, posiblemente, con la entrada de nuevos socios nacionales. No obstante, el proceso judicial que se inició ayer puede entorpecer la solución.

Pero ahí no quedan las consecuencias de la crisis de Kirch. Tiene, por ejemplo, una doble vertiente política trascendental. Por una parte, una de las opciones para hacerse con alguno de los negocios del grupo alemán es Berlusconi. La posibilidad de poner en manos del primer ministro de otro país, Italia en este caso, el segundo medio de comunicación alemán ha levantado una auténtica polvareda política.

La segunda lectura política es que la crisis del Grupo Kirch puede convertirse en uno de los asuntos estrella de las elecciones alemanas, que se celebrarán el próximo mes de septiembre. No en vano es conocida la estrecha relación entre Leo Kirch y Edmund Stoiber, jefe del Gobierno del Estado de Baviera y candidato conservador en los próximos comicios. De hecho, su rival, Gerhard Schröder, ya ha puesto sobre la mesa esta amistad.

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