Las Bolsas viven una carrera de obstáculos de final impredecible
Hasta hace unas semanas, la Bolsa española padecía una especie de estrabismo singular, con un ojo puesto en su propio entorno y otro, en Argentina. Ahora no sabe qué dirección tomar, qué foco apagar, que palo tocar. La Bolsa vive una carrera de obstáculos de final impredecible.
La violencia en Oriente Próximo, el alza de los precios del barril del petróleo por encima del nivel técnico asumible por los países desarrollados de los 25 dólares, las contradicciones y ambigüedades de las referencias económicas, los resultados empresariales correspondientes al primer trimestre, el cerco operativo y psicológico a los valores más capitalizados del mercado y la situación en Argentina son referencias clave. Pero la Bolsa no se ha desmoronado.
Cuentan los analistas en sus informes de situación que el mercado español se niega a tirar la toalla y, lo que es más importante, que saldrá fortalecido de la actual coyuntura si es que antes no desfallece.
La enumeración de circunstancias adversas impide centrar la atención en un solo foco. ¿Cuál es la referencia que más pesa en la tendencia de la Bolsa española? Los expertos no se ponen de acuerdo. Respecto a los resultados empresariales que se divulgan en los últimos días en Estados Unidos, y que continuarán en los siguientes, advierten de la posibilidad de una nueva oleada de advertencias negativas, porque la comparación con el primer trimestre de 2001 no es muy positiva.
Las expectativas del mercado se centran para el S&P en un descenso del 9%, muy por debajo del 25% en la última parte de 2001. Por el momento, siguen pesando más las advertencias sobre pobres resultados, con el 48% del total de preanuncios, que las revisiones al alza o ratificación de los inicialmente anunciados, con el 30%.
Con relación a la violencia en Oriente Próximo, el temor es que el conflicto desencadene reacciones en los países árabes, con el consiguiente impacto en el precio del barril del petróleo.
Argentina, mientras tanto, comienza ya a no ser foco de incertidumbre, sino una realidad incontestable. Las posibilidades de mejora se alargan en el tiempo y las empresas españolas señalan que no meterán un duro más en ese país.
Hay, por lo demás, una sensación cada vez más generalizada de que los mercados estadounidenses están muy caros frente a posiciones más baratas de la mayor parte de los europeos. Lo que no está demostrado es que los flujos de dinero cambien de rumbo, es decir, abandonen las posiciones en Estados Unidos y entren en Europa.
Los tipos de interés, en cuarentena
Uno de los grandes debates de las últimas semanas entre los profesionales de la Bolsa es la evolución de los tipos de interés en Estados Unidos y en Europa.
Comenzó el año con apuestas de subidas de tipos de interés en Estados Unidos para el final del año y el mantenimiento de los mismos en Europa.
A finales de marzo, el consenso cambió de manera brusca, de tal modo que la mayoría de los analistas consideraba que en Estados Unidos subirían en mayo y después del verano en Europa.
La última hora está marcada por la confusión, porque los expertos consideran que el alza de los precios del barril del petróleo tendrá un efecto pernicioso sobre la recuperación económica en ciernes, lo que evitaría alzas en los tipos de interés a pesar del incremento de la inflación.
Compás de espera, por tanto, en la evolución de los tipos de interés dadas las complicaciones del momento. Todo parece indicar, no obstante, que subirán antes del verano en Estados Unidos y a final de año en Europa. Es, en todo caso, una noticia desfavorable para la Bolsa.