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América Latina
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El país sigue a la espera de la ayuda del Fondo Monetario

Argentina continúa a la expectativa de que los organismos multilaterales, en primer lugar el FMI, le conceda una crucial ayuda para superar la grave crisis que atraviesa. Pero esa espera comienza a ser demasiado larga ante la inestabilidad creciente del peso y, en consecuencia, también de los precios al consumo. Cuanto más se cuestione el control de la inflación, mayor va a ser la presión sobre el corralito y la demanda de dólares. La reciente caída del peso hasta las cuatro unidades por dólar son la prueba más evidente de la desconfianza de los operadores argentinos en su moneda. En esta ocasión, los detonantes han sido las duras declaraciones por parte del FMI y de miembros del Gobierno estadounidense, que insisten en la necesidad de un ajuste presupuestario previo como un requisito para avanzar en las negociaciones.

Esta presión ha obligado al Gobierno a tomar medidas que han aumentado aún más el grado de intervención del mercado cambiario, tanto en la actividad de los bancos y casas de cambio como en la obligación impuesta a los exportadores de reducir el periodo de liquidación obligatoria de sus divisas a tan sólo cinco días (frente a plazo anterior de hasta 180 días). Gracias a estas medidas, el peso logró estabilizarse ligeramente por debajo de las tres unidades por dólar. Pero esta aparente recuperación no sólo es frágil y poco creíble, sino que, además, vulnera una de las exigencias del FMI, esto es, la libre fluctuación del peso. Realmente, en las circunstancias actuales, pocas alternativas se podían esperar por parte de las autoridades, pero, cuanto más se demore un acuerdo, más extremos serán los escenarios que deban afrontarse en el futuro.

Pero no todo son malas noticias. Los últimos datos de recaudación fiscal han dado algún aliento a las autoridades en la búsqueda de recursos financieros. A pesar de caer un 7,4% interanual, la aportación de los gravámenes a las exportaciones y a las transacciones financieras han permitido moderar las alarmantes caídas del 20% que se registraron en los primeros meses del año.

Así, el recurso a la emisión monetaria, uno de los mayores riesgos para la inflación, será algo menor de lo previsto hace algunas semanas. Una cuestión decisiva si consideramos que casi se han agotado las metas de gasto comprometidas para todo el año.

A pesar de las presiones sobre el peso, el real consigue apreciarse ligeramente

 

 

 

 

 

 

 

 

Las continuas intervenciones del Banco Central para evitar la depreciación del peso argentino no han evitado que puntualmente se alcanzasen referencias de cuatro unidades por dólar en las últimas sesiones (tendencia que no se observa en los niveles de cierre). Por el contrario y volviendo a hacer gala de una independencia cada vez mayor frente a la moneda argentina, el real brasileño experimentaba nuevas apreciaciones, hasta 2,31 unidades por dólar. El resto de divisas de la zona se han mantenido estables.

Evolución positiva de las Bolsas

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras un ejercicio 2001 en el que las Bolsas latinoamericanas tuvieron una evolución positiva, tanto en términos absolutos como con respecto a la renta variable europea o estadounidense, el primer trimestre del ejercicio 2002 continúa siendo favorable para los mercados emergentes. A pesar de las dudas acerca de la recuperación del ciclo y del incremento de la aversión al riesgo en la región acentuado por la situación en Argentina, las Bolsas latinoamericanas cierran el trimestre con apreciaciones superiores al 10%, en un movimiento que podría continuar en próximos meses.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre los distintos mercados, destaca el IPC mexicano con ganancias superiores al 17%, que ha situado el ratio entre su cotización y los beneficios esperados en torno a 15, nivel próximo a la media móvil de los últimos años, lo que podría plantear un fin próximo para la tendencia alcista. Sin embargo, la recuperación de la economía estadounidense, la revisión al alza de su calificación crediticia y la elevación del precio del crudo son elementos que podrían seguir respaldando el buen comportamiento del mercado mexicano. Peor evolución, sin embargo, ha mostrado el Bovespa brasileño, que se ha visto afectado de forma directa tanto por la crisis argentina como por la incertidumbre ante las elecciones presidenciales del próximo otoño. No obstante, el reducido peso que supone para la economía brasileña el comercio exterior con su país vecino, y las particularidades que han provocado la crisis, ha limitado el impacto que la depreciación del peso argentino.

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