El grupo aeronáutico Fairchild Dornier suspende pagos
El grupo germano-estadounidense Fairchild Dornier se ha convertido en la mayor víctima aeronáutica de los ataques a EE UU del pasado 11 de septiembre. La compañía suspendió pagos ayer tras haber fracasado en la búsqueda de un socio que le inyectara el capital que precisa para desarrollar un nuevo avión y salir de la crisis.
Fairchild, controlada en un 72% por la compañía inversora Clayton, Dubilier & Rice y en un 25% por Allianz Capital Partners, aseguró que mientras busca financiación continuará las conversaciones con posibles socios para desarrollar aviones regionales. El grupo aeronáutico, que fabrica pequeños aviones a reacción y componentes para el consorcio europeo Airbus, tiene 4.300 empleados: 3.600 en Alemania y 700 en Estados Unidos. Su cartera de pedidos asciende a 11.700 millones de dólares (unos 13.450 millones de euros).
El Gobierno alemán se apresuró ayer a salir en defensa de la empresa y dijo que la ayudará a mantenerse en vuelo. Fuentes financieras afirmaron, sin dar más detalles, que los bancos acreedores están dispuestos a conceder créditos puente a Fairchild Dornier para los próximos dos o tres meses, informa Reuters.
La aeronáutica detalló ayer sus planes a corto plazo, que pasan por mantener en funcionamiento los negocios más rentables, sellar una alianza con un socio, conservar la plantilla en las actividades clave y conseguir financiación.
Fuentes financieras han afirmado las últimas semanas que los potenciales compradores estaban probablemente esperando a que el fabricante aeronáutico se declarara en quiebra antes de dar un paso adelante y mostrar su interés.
Entre los posibles compradores más mencionados han estado la estadounidense Boeing, que sin embargo ayer declinó hacer ningún comentario, y la canadiense Bombardier. Portavoces de ésta zanjaron el asunto y se salieron de la quiniela al declarar que Bombardier no está interesada en la insolvente Fairchild Dornier.