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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El paro da una buena señal

Las cifras sobre el paro publicadas ayer por el Ministerio de Trabajo reflejan un cambio de signo que, en principio, resulta alentador. El número de desempleados registrados en el Inem descendió en marzo por primera vez en siete meses (17.003 parados menos). Sin embargo, el número de parados aumentó en 70.590 personas los últimos 12 meses, con lo que el incremento interanual está en el 4,47%. Además, conviene no olvidar que se trata del menor descenso registrado en un mes de marzo desde que el Partido Popular llegó al poder. Ayer, hasta el secretario general de Empleo, Juan Chozas, reconoció que es demasiado pronto para dar por hecho el esperado cambio en la tendencia de destrucción progresiva de empleo registrada por la economía española en los últimos tiempos. Es decir, que todavía podría tratarse de un espejismo.

Habrá que esperar, pues, algunos meses más para poder emitir un dictamen certero sobre la fortaleza de la salud del mercado laboral español. Y en los próximos meses hay muchas variables que cuelgan de un hilo, empezando por una crisis cada vez más agudizada en Oriente Próximo. Aunque el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, le reste importancia al efecto negativo de la subida del precio del petróleo sobre la recuperación de las economías de la OCDE, la amenaza de que el precio del crudo se dispare, y con él los costes industriales y el IPC, es cuando menos inquietante. Si la presión al alza de los precios se confirma, el Banco Central Europeo puede verse forzado a subir los tipos de interés antes de lo que la incipiente recuperación económica europea haya puesto un pie firme.

Pese a la cautela, el Gobierno no dudó en señalar el dato del paro de marzo como la confirmación de que la economía española sigue creciendo y generando empleo gracias, entre otras cosas, a una reforma laboral que todavía piensa profundizar. Rato aprovechó para cuestionar la posición de los agentes sociales que ven dicha reforma con 'escepticismo'.

El paro sigue siendo, según todas las encuestas, una de las principales preocupaciones de los españoles. Que disminuya es una buena noticia para todos. Pero siempre que no sirva para la autocomplacencia inactiva de un Gobierno que sabe que, en este campo, aún le queda mucho por mejorar.

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