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Política

Los socialistas vascos optan por un giro para recuperar su autonomía

El Partido Socialista de Euskadi (PSE) abrió ayer una nueva página de su vieja historia con la elección de una ejecutiva dirigida por el vizcaíno Patxi López, de la que se ha autoexcluido el sector que considera un error la aproximación al PNV para recuperar la unidad de las fuerzas políticas contra ETA. Los perdedores (35,68% de los delegados asistentes al congreso) han dado a la dirección entrante un margen hasta las elecciones municipales de 2003 para demostrar el éxito de su política.

Los 544 delegados que participaron el pasado fin de semana en la reunión de San Sebastián han esquivado de forma consciente el debate ideológico de fondo para centrarse en la actitud que debe adoptar el PSE frente al PP y el PNV en una coyuntura muy compleja, marcada por la ofensiva de ETA contra los concejales socialistas y por la estrategia de desgaste promovida por el Gobierno central contra el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.

López, defensor de una mayor autonomía del partido y del acercamiento al PNV, logró el 57% de los votos y su ejecutiva, el 64,31%. Su rival más directo, Carlos Totorica, alcanzó el 37% de los votos. Gemma Zabaleta sumó un 6%.

Arropado ayer en San Sebastián por Zapatero, el nuevo secretario general del PSE se comprometió a devolver a su partido la autonomía política imprescindible para recuperar el entendimiento con el PNV sin participar en la estrategia de acoso al nacionalismo democrático que mantiene el PP. Sus seguidores reconocen que queda un duro camino por recorrer. La fractura del socialismo vasco que ha evidenciado este congreso y la resistencia de los perdedores a participar en la nueva dirección pese a las amenazas veladas de Madrid, pueden convertir el día a día del PSE en el Parlamento vasco y en los ayuntamientos en un campo minado de tensiones con proyección, y esto es lo que más teme el entorno de Zapatero, sobre la política nacional.

Una de las asignaturas pendientes que deberá aprobar la nueva ejecutiva en estrecha colaboración con la dirección federal del partido será la forma de compatibilizar la conducción de la unidad democrática contra la violencia, en la que quiere hacer participar al PNV, con el mantenimiento del pacto antiterrorista suscrito de forma unilateral con el PP en diciembre de 2000 y que ambas fuerzas políticas interpretan en sus limitaciones de forma distinta.

Zapatero advirtió ayer a José María Aznar en la clausura del congreso que no permitirá injerencias y el uso de la lucha contra ETA para obtener ventaja electoral. Espera que una próxima entrevista con el presidente le ayude a despejar dudas sobre su voluntad de respetar las reglas de juego pactadas hace año y medio, al margen del giro que se propone dar el PSE para recuperar un proyecto político propio en Euskadi sin más ataduras que las que impone la lucha frontal contra ETA.

El resultado del congreso del PSE provocó una airada reacción del PP. El coordinador de Comunicación popular, Rafael Hernando, dijo que el tándem López-Eguiguren no le inspira 'mucha confianza'. Estas críticas, a las que se sumó Jaime Mayor Oreja, fueron respondidas por López, quien dijo que no permitirá al PP que 'dude o siembre sospechas sobre la firmeza de ningún socialista que se juega la vida por defender unas ideas'.

Mensaje a Ibarretxe

Zapatero advirtió al lehendakari, Juan José Ibarretxe, que el giro del PSE no será radical y que dependerá de la manera en que lidere la 'rebelión ciudadana' contra el terrorismo y aísle a Batasuna.

En el entorno de López se admite que el ritmo de la apertura al diálogo con los nacionalistas vendrá condicionado no sólo por la dureza de la ofensiva terrorista sino, sobre todo, por la actitud del Gobierno de Vitoria y del PNV. La reunión del pasado fin de semana ha demostrado también que los gestos conciliadores, alejados de los postulados de Lizarra, que perciben la mayor parte de los socialistas vascos en la formación peneuvista, no son tenidos en cuenta por el 35% del partido que respalda las tesis del alcalde de Ermua, Carlos Totorica, valedor a su vez del ex secretario general del PSE Nicolás Redondo Terreros.

Entre estos últimos se hacía ver ayer la zona de peligro en la que entra el PSE y, por extensión, el asentamiento del liderazgo de Zapatero hasta las elecciones municipales del año que viene, a la vista de la pinza inoportuna que puede surgir entre las acciones de ETA, por un lado, y la ofensiva política del PP contra los socialistas, por el otro. De cualquier modo, es el margen temporal que los perdedores están dispuestos a dar a la nueva dirección para demostrar que su política no es equivocada, bajo la advertencia implícita de que el reparto territorial revalidado en este congreso entre las federaciones de Vizcaya y Guipúzcoa deberá revisarse si el PSE pierde poder en ayuntamientos.

Las consecuencias inmediatas del cónclave clausurado ayer tendrán un primer reflejo interno en la federación vizcaína, donde el sector afín a Redondo Terreros, espera hacerse con la secretaría general que cede Patxi López. Esta batalla, iniciada ayer mismo, se coronará en abril.

Detenidos de Batasuna

El miembro de la Mesa Nacional y tesorero de Batasuna, Jon Gorrotxategi, portaba 200.000 euros el momento de su arresto, el pasado viernes, junto al empleado de la formación abertzale Mikel Corcuera en la frontera franco-belga, según Europa Press.

En un primer momento, ambos pasaron a disposición de la policía de Lille (Francia), y posteriormente a manos de la policía antiterrorista. Hoy comparecerán ante la juez Levert en París.

Eguiguren releva a Benegas en la presidencia

 

El nuevo presidente del PSE, en sustitución del veterano José María Benegas, es Jesús Eguiguren, líder de los socialistas guipuzcoanos. Eguiguren es autor de la ponencia en la que se defendió la consulta sobre el derecho a la autodeterminación, rechazada en el congreso, y que originó la crisis de la que surgió la convocatoria de este último.

 

 

 

 

 

 

 

Es firme partidario de recomponer la relación con el PNV y de liberar a su partido de las ataduras con el PP que le llevaron al fracaso en las elecciones de 2001. También ha sido el artífice de la estrategia orgánica que ha aupado a Patxi López a la secretaría general gracias al llamado pacto de San Marcos, que ha posibilitado la convergencia de intereses entre las federaciones de Guipúzcoa y parte de la de Vizcaya, la enfrentada a Redondo Terreros.

 

 

 

El acuerdo alcanzado antes del congreso con el sector mayoritario de los socialistas guipuzcoanos y el respaldo recibido desde el primer momento del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, le fueron suficientes a Patxi López para enzarzarse en la batalla por la secretaría general del PSE y para coronarla con éxito.

 

 

 

Ingeniero de 42 años, casado con una concejala de su partido en Bilbao, López es hijo del veterano militante socialista Eduardo López Albizu, Lalo, uno de los que marcaron la historia de este partido junto a figuras como la de su ex presidente, Ramón Rubial. No es la primera vez que sustituye a Redondo Terreros al frente de una secretaría general. Fue su relevo al frente de la federación vizcaína en 1997.

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