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Caso Enron

La pérdida de clientes sigue pasando factura a Andersen en EE UU

La decisión del Gobierno estadounidense de querellarse contra la firma de servicios profesionales Andersen por obstrucción a la justicia tras su actuación en el caso Enron ha restado nuevos clientes a la sociedad.

Hasta el momento son ya 40 las empresas que han decidido, en lo que va de año, prescindir de los servicios de la firma. Las últimas deserciones corresponden a Abbott Laboratories y Sara Lee, que tras la decisión del Gobierno han anunciado el cambio de auditor.

El Ejecutivo estadounidense anunció el viernes que Andersen había perdido su condición de 'contratista responsable', lo que significa que el Estado dejará de realizar cualquier negocio con la sociedad al menos durante un año. Esta decisión también afectó a Enron. Según las fuentes consultadas, ambas tenían unos cien contratos con la administración americana, valorados en unos 70 millones de dólares (79,8 millones de euros).

Las deserciones de clientes reducen las posibilidades de la compañía de llegar a un acuerdo de venta con alguno de sus competidores, como KPMG, la tercera firma del sector en Estados Unidos,

Fuentes próximas a las negociaciones señalaban que KPMG no había tirado todavía la toalla y seguía discutiendo varias opciones de fusión con los socios de Andersen en el mundo, a pesar de la querella.

Pero Andersen no sólo pierde clientes, también la abandonan sus socios. España fue el primer país donde se ha tomado esta decisión, que ya ha seguido Chile, mientras en Japón al parecer hay avanzadas negociaciones para que sus socios se integren en KPMG.

Fuentes de esta empresa en España reconocieron el viernes que habían barajado la integración de los negocios en este mercado, pero que no habían iniciado ningún tipo de contactos.

Los socios españoles deberán acordar en una junta qué pasos van a dar para hacer efectiva la desvinculación de Andersen Worldwide, a la que unen una serie de acuerdos de formación, principalmente, y qué opciones tienen para garantizar su continuidad como compañía, bien en solitario o con los socios integrados en otra corporación.

Pero mientras la organización se desintegra, Paul Volcker, antiguo presidente de la Reserva Federal estadounidense, continúa presionando para que se produzca una reforma a fondo del negocio de auditoría. Volcker había sido contratado por Andersen para que creara una especie de código de conducta tras el caso Enron.

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