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Energía

La división de los Quince deja en el aire el impulso a la liberalización europea

Diez años después de la cita olímpica, Barcelona vuelve a captar la atención internacional. Seis jefes de Estado, 25 presidentes de Gobierno y más de medio centenar de ministros acuden hoy al Consejo Europeo extraordinario de primavera. La liberalización, energética sobre todo, ocupa la agenda. Los ministros de Economía buscaron anoche un acuerdo de compromiso. Sobre el encuentro, de dos días, planean también el conflicto enquistado de Oriente Próximo y señales esperanzadoras desde los Balcanes. Hacia la capital catalana marchan millares de partidarios de una globalización democrática dispuestos a bailar mañana al ritmo de Manu Chao si los violentos no lo impiden.

Las delegaciones de Tony Blair, Göran Person y Anders Rasmussen han sido las únicas de la UE para las que fueron útiles las casas de cambio del aeropuerto del Prat. Reino Unido, Suecia y Dinamarca son los países que llegan a esta primera cumbre desde la entrada física del euro sin pertenecer todavía a la unión monetaria.

Para los demás jefes de Gobierno la cita de Barcelona resalta, en cambio, la urgencia de adaptar la economía europea para que pueda aprovechar todo el potencial de crecimiento de la moneda única. ¢El debate es el ritmo y la velocidad a la que debemos avanzar¢, insiste el presidente del Gobierno, José María Aznar. Su vicepresidente, Rodrigo Rato, lidió anoche con un Consejo extraordinario de Ministros de Economía y Finanzas en el que intentó desbrozar el camino para que su jefe de filas pueda alcanzar hoy algún resultado concreto. Tras el Ecofin, Aznar cenó con Rato y el titular de Exteriores, Josep Piqué.

La propuesta española de crear un banco europeo de desarrollo para el Mediterráneo fue descartada por el Ecofin. Rodrigo Rato no logró el apoyo del Consejo de Ministros de Economía en este asunto. El Ecofin, con los países nórdicos al frente, ni siquiera aceptó crear una filial del Banco Europeo de Inversiones para esa zona. Al final sólo se aprobó una facilidad de crédito en el seno del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que entrará en vigor inmediatamente y que recoge la cartera de esa entidad en la zona. Dentro de un año, el Ecofin volverá a estudiar la posibilidad de crear una filial del BEI.

José María Aznar busca tras el fiasco del banco un compromiso para permitir a las empresas de toda Europa elegir su proveedor de electricidad y gas. La fecha límite y el umbral de apertura marcará un debate en el que Francia se presenta como el enemigo a batir.

La comisaria europea de Transportes y Energía, Loyola de Palacio, pugna oficialmente todavía por una liberalización de la electricidad en 2003 y del gas en 2004. Para De Palacio, además, el derecho a elegir proveedor debe concederse a todo consumidor que tenga la personalidad jurídica de empresa. Esa definición incluye desde las empresas unipersonales hasta cualquier profesional liberal dado de alta como autónomo.

Francia ha criticado duramente lo que considera posturas maximalistas de la comisaria. De Palacio ya rebajó ayer sus aspiraciones, y en una intervención en el Foro Efe, celebrado en Barcelona, llegó a sugerir que la cumbre podría delegar el espinoso tema de las fechas de liberalización para un consejo de ministros posterior.

De Palacio asume ahora también la condición francesa de que la liberalización ¢tenga un componente de regulación que sirva para garantizar el servicio público¢, según sus autoridades.

Clave, las fechas

El Ecofin regateó anoche, no obstante, entre los extremos planteados inicialmente por la Comisión. Cuanto menos se reduzca el umbral de consumo para elegir proveedor (que en Francia se sitúa ahora en torno a 16 gigavatios/hora frente a 1 gigavatios/hora en España), más esfuerzo se podrá exigir a París en las fechas. En cualquier caso, no se espera que de Barcelona salga una apertura más allá del 60% del mercado con una fecha real de aplicación (entre tramitación de la directiva y adopción) próxima a 2006. Para los consumidores, la ambición de todos los países, menos Francia, es apenas una declaración de intenciones que deje abierta esa posibilidad para el futuro, supeditada siempre al mantenimiento del servicio público.

Los 15 primeros ministros iniciarán hoy, bajo presidencia de Aznar, la sesión oficial del Consejo Europeo. En la agenda matinal, la coordinación económica y la coyuntura internacional, en el marco de una recuperación a rebufo de EE UU.

Acto seguido compartirán, por primera vez en un Consejo Europeo, una sesión oficial de trabajo con los líderes de los 12 países candidatos a la adhesión y Turquía. Los aspirantes disfrutan así de uno de los últimos Consejos itinerantes, pues ya la próxima presidencia, Dinamarca, prevé que una de sus dos cumbres se celebre en Bruselas. Cuando la UE cuente con 18 miembros, la carpa comunitaria se petrificará definitivamente en esta capital. La cumbre también servirá para que el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, limen sus diferencias con una cena que mantuvieron ayer.

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