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Suspensión de pagos

El Congreso de EE UU cita a declarar a directivos de Global Crossing

La suspensión de pagos de Global Crossing, solicitada a finales de enero, guarda muchas similitudes con la instada por Enron dos meses antes. Sin embargo, su caso había sido obviado en el Congreso. Hasta ahora.

Algunos ejecutivos y personas relacionadas con la caída de este operador de fibra óptica, que no ha sido rentable en su corta existencia, testificarán bajo juramento el próximo día 21 ante el mismo comité de servicios financieros del Congreso que examina el caso Enron.

Según Peggy Paterson, ayudante del presidente de este comité, el representante Mike Oxley, 'no se está siguiendo como se debiera esta suspensión de pagos que ha sido muy grande y hay acusaciones de irregularidades contables y de intermediación'. Este comité pidió anteayer a la empresa documentación para preparar los interrogatorios. Entre la información solicitada figuran los intercambios de capacidad de red que se hacían con operadoras, información sobre préstamos a empleados y directivos, venta de opciones sobre acciones y documentos relacionado con su auditora, Andersen.

De momento no se conocen los nombres de los testigos, pero está casi descontado que uno de los comparecientes sera el ex vicepresidente de la compañía, Ray Olofson, quien destapó todas las presuntas infracciones. Olofson dijo que se inflaron los ingresos de la compañía, cuyo único activo es un cable de fibra óptica que uniría 27 países, entre otras argucias contables.

Global Crossing es sujeto de investigación por parte de la SEC (la comisión del mercado de valores en EE UU) y el FBI. Al igual que Enron, y pese a sus pérdidas, la empresa presidida por Gary Winnick, era un importante financiador de campañas políticas. A diferencia de la compañía tejana, el dinero de Global Crossing se inclinaba más del lado demócrata (el 55% de las donaciones eran para los demócratas y el resto para los republicanos).

La investigación se produce mientras crecen las dudas sobre otras empresas de telecomunicaciones, Worldcom y Qwest, a quienes recientemente la SEC ha pedido más documentación.

Ayer The Wall Street Journal decía que los trabajadores de Qwest que tenían parte de sus fondos de pensiones invertidos en acciones de la compañía sufrieron un bloqueo de cuatro semanas entre diciembre y enero. En este periodo, que coincidía con un momento de duda sobre la solvencia financiera de la empresa, no pudieron vender. Algo semejante les pasó a los trabajadores de Enron y Global Crossing.

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