La renta variable apunta recuperación
El número de fondos que ganaron superó al de los que registraron pérdidas, aunque la rentabilidad haya sido en muchos casos modesta
La renta variable ha iniciado en las postrimerías del mes de febrero una recuperación que se ha consolidado en el comienzo del mes de marzo. Es una recuperación que parece prometedora y que pondrá a prueba la confianza de los inversores en los mercados, a la luz de los nuevos datos económicos que han ido apareciendo en las últimas semanas, desde la última intervención pública del presidente de la Reserva Federal americana.
El anuncio de que la recesión ha llegado a su fin ha sido acogido con algunas reservas, pero con menores recelos que las declaraciones precedentes. Parece que el grado de confianza está en trance de afianzamiento y que el consenso de los analistas y de los expertos se va inclinando cada vez más en favor de las hipótesis optimistas.
Desde hace ya unas cuantas semanas, los argumentos que defendían la necesidad de rebajas de tipos de interés han pasado a un plano muy secundario y prácticamente han desaparecido de la escena. El hecho de que no se esperen de inmediato, y posiblemente no se esperen ya ni siquiera a medio plazo, nuevos recortes de los tipos de interés está teniendo una gran incidencia no sólo en la renta variable, sino en los mercados de renta fija.
La inversión colectiva ha reflejado en este segundo mes del año la nueva pulsación de los mercados de renta variable. Al término del mes, las pérdidas afectaban todavía a un elevado número de fondos de renta variable, pero en febrero han sido más los fondos con beneficios que con pérdidas, por lo que el balance de los dos primeros meses del ejercicio se ha ido inclinando de forma cada vez más favorable hacia los fondos con ganancias, aunque muchas de ellas sean moderadas, ya que responden a los segmentos de la renta fija o a la renta variable que acaba de abandonar la zona de pérdidas.
Perder en renta fija
El nuevo escenario monetario que se ha ido consolidando en los últimos meses presenta importantes riesgos potenciales para los inversores que tienen su ahorro en los fondos de renta fija. En especial para los que invierten en los fondos con activos a más largo plazo, que es donde las posibilidades de pérdidas se presentan de forma más inminente.
La secuencia de rebajas de tipos de interés oficiales desarrollada por la Reserva Federal americana a lo largo del año pasado, con 11 recortes de tipos de interés hasta dejar la tasa oficial en el 1,75%, pone de relieve la probabilidad de un agotamiento del ciclo monetario expansivo.
Las previsiones económicas han mejorado y, con ello, la necesidad de aplicar nuevos recortes a los tipos de interés oficiales ha ido en descenso. Tanto que se maneja ya la hipótesis según la cual la Reserva Federal no afrontará nuevos recortes de tipos de interés en esta fase del ciclo económico, sino que incluso podría elevar su precio del dinero. Dado que el mercado ha percibido ya esta posibilidad, los tipos a largo plazo se han ido hacia arriba, causando pérdidas en los fondos de inversión.
A medida que la renta variable ha ido consolidando sus ganancias, los flujos de dinero que salen de la renta fija han aumentado en intensidad, provocando esta corriente vendedora una mayor caída de las cotizaciones de la renta fija y, por ello, una menor valoración de los activos que tienen en sus carteras los fondos de renta fija.
Si ya a finales de enero las rentabilidades de los fondos de renta fija, aunque todavía positivas, eran bajas, a finales de febrero se empezaba a notar la presencia de un creciente número de fondos de este tipo en pérdidas. Al margen de los fondos especializados en títulos emitidos por compañías de alto riesgo y baja calificación (los hihg yield, que presentan pérdidas en algunos casos superiores al 5%), los fondos con carteras de títulos públicos o de sociedades con altas calificaciones, que representan la parte mayoritaria de las carteras de inversión de los fondos, han presentado ganancias cada vez más modestas e incluso pérdidas, que previsiblemente irán en aumento a medida que se consolide la recuperación de la economía.
Las alternativas de inversión más favorables se han ido decantando, por todo ello, hacia la renta variable en estas últimas semanas. Los inversores han acumulado importantes recursos líquidos a la espera de que la Bolsa mostrara signos de recuperación para tomar posiciones en los mercados de renta variable. No está claro que ese proceso de adelgazamiento de los flujos de dinero refugiados en los fondos de perfil defensivo (básicamente los Fiamm) se haya iniciado, pero el potencial de trasvase de dinero hacia los fondos de renta variable procedente de los fondos monetarios o de renta fija a corto plazo es muy elevado. Y previsiblemente podrá alimentar una subida sólida de las cotizaciones bursátiles.
La cautela con la que han actuado los inversores en los últimos meses parece indicar que ese desplazamiento de dinero no se ha iniciado todavía a pesar de que las Bolsas han acumulado dos semanas consecutivas de ganancias, sobre todo la última semana del mes de febrero, cuando el Ibex 35 registró una subida superior al 7% semanal. El hecho de que el patrimonio de los fondos de perfil más defensivo haya seguido en aumento es una buena prueba de que el desplazamiento pasivo en busca del riesgo no ha comenzado aún.
Los más alcistas en febrero
El liderazgo en ganancias durante el mes de febrero ha correspondido a los fondos especializados en la Bolsa de Japón, con ganancias en algún caso del 10%. El mercado nipón ha sido muy activo en febrero y en los primeros compases del mes de marzo, aunque esta reacción puede tener un componente claramente estacional, ya que las compañías niponas cierran sus balances a finales de marzo y parecen estar maquillando un poco sus carteras de participaciones en renta variable.
Los fondos más rentables en el conjunto de los dos primeros meses han sido, sin discusión, los especializados en mercados emergentes. En especial los que actúan en los mercados de Europa del Este, que en algunos casos ya han acumulado más del 10% de rendimiento.
En el segmento tecnológico es donde se encuentra la mayor proliferación de pérdidas, aunque este sector del mercado bursátil parece haber iniciado en los últimos momentos del mes una interesante reacción. En febrero, más de una veintena de fondos ha perdido más del 10% de su valor. Casi todos son fondos tecnológicos.
El desplazamiento de dinero hacia los fondos más conservadores y defensivos no se ha interrumpido en el mes de febrero, sino que incluso se ha acelerado. El dinero de reserva sigue acumulándose en los fondos monetarios o FIAMM, cuyo patrimonio ha aumentado en lo que va de año en más de 1.500 millones de euros.
La reacción alcista más firme entre los fondos de renta variable durante el mes de febrero es la que ha afectado a los fondos especializados en Bolsa española, por delante de los fondos con inversiones en las Bolsas europeas y los que invierten en el área del dólar. Japón y emergentes han sido los segmentos más dinámicos.
Bankinter y Popular, líderes en aumento de cuotas de mercado
Los bancos de tamaño medio y algún que otro grande, como el Popular, se han incorporado al pelotón de las gestoras que este año están mostrando una mayor actividad en la captación de ahorro por la vía de los fondos.
Entre las 10 gestoras más activas, Bankinter y Sogeval, del Banco Popular, han sido dos de las entidades que más han apostado por reforzar su presencia en el mercado. Ello ha tenido como consecuencia que han restado cuota tanto a sus colegas del sector bancario como a las cajas de ahorros más activas.
No obstante, la gestora con mayor crecimiento en valores absolutos durante el mes de febrero ha sido Ibercaja.