_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Problemas para América Latina

Por primera vez en una década, el futuro económico de América Latina presenta contornos sombríos. Tanto el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que concluyó ayer su 43 Asamblea General en la ciudad brasileña de Fortaleza, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén un crecimiento casi nulo en la región para este año.

La crisis de Argentina, sorprendente por su profundidad, ocupó el centro de los debates del BID y sigue desvelando a los directivos del FMI y del Tesoro de Estados Unidos. Lejos de percibirse una salida, los principales analistas y Gobiernos del mundo temen que la espiral descendente en ese país no encuentre un límite. No sólo por la propia dinámica económica, sino por la vertiente política de esta histórica crisis. Pero los pronósticos del BID y del Fondo para la región van más allá de las consecuencias de Argentina. El BID considera que el crecimiento promedio para 2002 será cero. El Fondo es apenas más optimista, aunque lo sitúa en el 1%. En 2001, América Latina creció un 0,5% frente al 4,5% previsto por el BID.

Desde 1997, la economía de América Latina y el Caribe ha registrado un comportamiento errático, aunque dominado por una clara tendencia al estancamiento. El estallido de la crisis asiática en 1997 golpeó duramente las expectativas optimistas acumuladas a lo largo de la década pasada y el traspié de Rusia al año siguiente aceleró la caída de los indicadores. En enero de 1999, la devaluación del real brasileño abrió paso a la larga recesión argentina que, a su vez, provocó la quiebra del régimen de convertibilidad en diciembre pasado. Por otra parte, la desaceleración de Europa y EE UU en 2001 también influyó negativamente sobre las economías regionales. Los ataques terroristas del 11 de septiembre, finalmente, asestaron el golpe de gracia, al actuar como un elemento de mayor retracción de los capitales que ya estaban huyendo de los mercados emergentes de América Latina.

En este contexto, los temores expresados por el presidente del BID son harto justificados. Tras las tradicionales manifestaciones de apoyo a los países y al Mercosur, Enrique Iglesias alertó sobre la reaparición de tendencias proteccionistas y en favor de revisar las reformas de libre mercado realizadas en los noventa. Aunque no lo ha dicho públicamente, Iglesias está muy preocupado por la política actual del Fondo y de EE UU ante la crisis argentina. El BID teme el curso de los acontecimientos en Argentina y sus efectos negativos en la región. En el mismo sentido alertó el ministro de Finanzas de Japón, Kiyoshi Kodera, al indicar que podría haber un contagio a otros mercados. Si Washington continúa en una línea de extrema dureza y el FMI lo sigue, la situación en Buenos Aires podría alcanzar ribetes mucho más dramáticos.

Algo similar ha dicho, pero en términos mucho más duros, el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso. Tras acusar de proteccionista al Gobierno de George Bush por los aranceles impuestos a la importación de acero de otros países, incluido Brasil, Cardoso exigió al Fondo que apoye rápidamente a Argentina. Esta muestra de solidaridad con su socio del Mercosur va, sin embargo, en interés propio. Un derrumbe completo de Argentina pondría en riesgo la existencia misma del Mercosur y dejaría a Brasil en una débil posición frente al empuje de EE UU para imponer sus condiciones en la estructuración del retrasado proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). La queja brasileña por los aranceles y por la falta de apoyo del FMI a Buenos Aires se inscribe en esta pugna a largo plazo entre Washington y Brasilia.

La creciente inestabilidad política derivada de las crisis económicas en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina y Paraguay se suma así a la grave situación político-militar de Colombia. Lejos de atraer capitales, los temores a derivas imprevisibles han llevado al congelamiento de proyectos de inversión. En una región donde el capital extranjero es clave para el crecimiento, no es difícil prever un futuro con serios problemas.

Más información

Archivado En

_
_