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Oriente Próximo

Israel invade Ramala en una ofensiva que deja más de 40 muertos

Israel lanzó ayer el mayor ataque militar desde la invasión de Líbano en 1982, dejando tras de sí más de 30 muertos. Otros seis israelíes fallecieron por disparos de palestinos en una jornada en la que las tropas israelíes invadieron la casi totalidad de la ciudad cisjordana de Ramala. El enviado de EE UU, Anthony Zinni, intentará lidiar mañana con las dos partes.

Al menos 150 tanques entraron la madrugada de ayer en Ramala y ocuparon prácticamente toda la ciudad cisjordana, sede de la Autoridad Nacional Palestino (ANP). Más de 32 palestinos murieron por ataques de las tropas enviadas por el primer ministro, Ariel Sharon. En los enfrentamientos también perdió la vida un israelí, y otros seis israelíes fallecieron por el ataque de tres palestinos lanzado contra un autobús y otros coches. Las fuerzas de seguridad israelíes mataron a su vez a los tres palestinos autores del atentado.

Todas las fuentes coincidieron en afirmar que la ofensiva lanzada ayer por el ejército israelí es la más agresiva desde que comenzó la Intifada hace año y medio, pero algunas estimaciones lo llevan más allá y la comparan con la invasión de Líbano ocurrida en 1982. Curiosamente, el actual primer ministro fue quien lideró en aquella ocasión la matanza producida, lo que le ha valido el odio de los palestinos desde entonces.

La ANP, en un movimiento inusual, llamó a los hombres del campo de refugiados de Al Amari a desacatar la orden de entregarse a las autoridades para ser interrogados. Unos 170 palestinos fueron arrestados por las tropas israelíes.

La dureza de los ataques llevó al secretario general de la ONU, Kofi Annan, a pedir a Israel que detenga de inmediato 'el bombardeo de áreas civiles, los asesinatos, el uso innecesario de la fuerza letal, las demoliciones y la humillación diaria de palestinos comunes y corrientes'. Israel argumentó que el asalto a Ramala perseguía la detención de palestinos terroristas, mientras que las fuentes árabes acusaron a Israel de reocupar Gaza y Cisjordania y sabotear la visita del enviado estadounidense, Anthony Zinni, quien tiene previsto llegar mañana a la zona.

El ministro de Información de la ANP, Yasir Abed Rabbo, afirmó que el hijo de Sharon, Omri, había dicho a los palestinos que Israel ocuparía Ramala, pero sin atacar la oficina del líder palestino, Yasir Arafat. Los tanques israelíes se situaron a 20 metros de las instalaciones donde se encuentra Arafat, a quien Sharon levantó parcialmente el lunes el confinamiento al que estaba sometido. 'æpermil;sta es la mayor ofensiva encaminada a reocupar Cisjordania y la Franja de Gaza (...). Enviar a Zinni a la región es una maniobra porque creemos que EE UU ya conocía las intenciones de ofensiva de Sharon'.

En EE UU, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, señaló que la violencia de estos días subraya la importancia de que Zinni 'ayude a las partes a encontrar una solución'.

'Intentamos formar un muro -figurativamente hablando- entre Ramala, la capital del activismo terrorista, y Jerusalén', dijo un alto mando del ejército israelí. 'La mayoría de los que han llevado a cabo atentados recientemente en Jerusalén y sus alrededores vienen de Ramala', añadió.

La ANP pidió la inmediata intervención del Consejo de Seguridad de la ONU para frenar la ofensiva militar.

El jefe de las Fuerzas Armadas de Israel reveló en el Parlamento que 20.000 soldados participan en las incursiones en los campos de refugiados y las ciudades de Gaza y Cisjordania, cumpliendo las órdenes de registrar a los palestinos e incautarse de sus armas. Al menos, el ejército interrumpió la labor de marcar con números a los refugiados, lo que fue denunciado incluso en el propio Parlamento israelí como una práctica propia de los nazis en la II Guerra Mundial.

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