Patentes, información y protección
No resulta todavía suficientemente conocida la relevancia que ocupan las patentes como elemento esencial para la competitividad empresarial por dos razones complementarias: permiten conocer la tecnología ajena 'leyéndola' y proteger la tecnología propia innovadora 'escribiéndola' en una patente.
El sistema establece que el contenido de todas las patentes se haga público. Su divulgación es el punto de equilibrio al monopolio de explotación que se concede a su titular y la constituye en fuente privilegiada de información no únicamente tecnológica, sino de la actuación de la competencia empresarial. No menos del 50% de los documentos de patentes (hay quien lo eleva al 80%) contiene tecnología no divulgada por otros medios. Y cada patente suele resolver un problema tecnológico no solucionado o introducir un avance sobre el estado de la técnica disponible hasta entonces en cualquier sector: biotecnología, alimentación, electricidad, materiales...
En este momento hay en Internet más de 35 millones de patentes para el conocimiento público, por ejemplo, a través de www.oepm.es. Es comprensible la no utilización por empresas o universitarios de la patente como instrumento de protección de innovaciones al tener que disponer de una invención que introduzca novedad mundial no solo respecto a los millones de patentes disponibles, sino frente a las publicaciones y demás documentación no patente existente. Pero es menos comprensible que no lo utilice la empresa, investigador o usuario para estar al día de los últimos desarrollos en el área que le interesa.
Ello evitará la reduplicación de esfuerzos, la reinvención de la rueda y permitirá el uso de múltiples innovaciones que son de dominio público. Pueden ser de libre explotación por no haber nunca estado protegidas en España -porque el solicitante no protegió la patente en nuestro territorio-, porque ha transcurrido el límite legal de 20 años o porque su titular la ha dejado decaer por falta de pago.
También en este sentido se están realizando avances más allá de la mera puesta a disposición general. Se insertan en la web informes trimestrales de selección de patentes en determinadas áreas como sectores básicos y transformadores y agroalimentación. Se trabaja conjuntamente con Francia, Reino Unido y Austria para crear sistemas avanzados de acceso a las patentes en lenguaje natural a través de Internet en español, inglés, francés y alemán.
Las patentes son un elemento esencial como reflejo de la historia de la tecnología desde principios del siglo XIX. Pero también es información tecnológica viva. Y para estar informado es necesario seguir y conocer los documentos de patente que se publican. Incluso las empresas de juguetes, calzado, alimentación, cerraduras, etc. que no realizan innovaciones deben estar informadas de las novedades que se produzcan.
Junto a ello, en su vertiente más conocida, la patente es un título jurídico que otorga el derecho de explotar en exclusiva una determinada invención que crea novedad. La empresa que innova en algún campo de la técnica -alimentación, calzado, materiales, piezas metálicas...- puede explotarlo en exclusiva durante un máximo de 20 años.
Se trata de la vertiente más conocida de la patente. Y me resulta obligado subrayar que no sólo para la protección de una invención en español en el ámbito territorial nacional, sino también en el mundial, el instrumento más adecuado es la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), integrada en el sistema ONU, ha acreditado hasta la fecha a 10 oficinas para analizar la novedad de las patentes que se solicitan con intención de que surtan efectos internacionales. De ellas la única que actúa en español es la OEPM, que desde septiembre del año pasado está habilitada por la OMPI para realizarlo de manera completa. Ha obtenido la condición de Administración de Examen Preliminar que le habilita para realizar una valoración sobre la novedad o no de la patente. Se realiza basándose en los documentos relevantes que resulten de la realización de una 'búsqueda' en las bases mundiales que contienen millones de documentos, función para la que ya fue habilitada por la OMPI en 1993. Sigue existiendo un posterior reconocimiento por cada país, una fase de reconocimiento nacional. Pero no cabe duda de que el resultado de la búsqueda y examen realizados es normalmente determinante para la posterior fase nacional. Su realización en español y de forma cercana es un elemento adicional importante para las empresas españolas e iberoamericanas.
En la misma línea se están realizando los planteamientos de diseño de la futura patente comunitaria en la que la OEPM pretende gestionar parcialmente en español la solicitud de patente que quiere surtir efectos en el territorio de la Unión, todo ello sin que afecte a la unidad del sistema y a su concesión final por la Oficina Europea de Patentes.