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Junta de accionistas del BBVA

Francisco González afirma que 'no ejerce el poder y sí la responsabilidad'

Francisco González se enfrentó el sábado en Bilbao a su primera junta de accionistas como presidente único del BBVA. A pesar de que la representación de los accionistas del antiguo BBV se encuentran desde ese día en minoría frente a los de Argentaria, las alusiones a este hecho se limitaron a la intervención de dos pequeños inversores.

En la junta, González explicó el nuevo rumbo del BBVA centrado en el cliente y la rentabilidad, sin perseguir 'el tamaño por el tamaño, que incluso puede destruir valor'. No faltaron los mensajes al pueblo vasco, donde 'nació' el banco y donde continuará su sede. Las referencias a Argentina y al terrorismo tuvieron también un lugar destacado en el discurso de González.

La primera junta de accionistas del BBVA que preside en solitario Francisco González puede definirse como un camino de rosas. Nueve accionistas decidieron tomar la palabra en el turno de ruegos y preguntas, y de ellos únicamente dos se refirieron (aunque sin excesiva acritud) a los últimos cambios producidos en la cúpula del BBVA, y pidieron a González garantías plenas de que la sede del banco seguiría en Bilbao. Y solamente uno (Guillermo Artiach) pidió explicaciones por las pérdidas sufridas en el banco en Argentina.

La presencia en las primeras filas del Palacio de Euskalduna -donde se celebra tradicionalmente la junta del banco- de los 11 consejeros que horas antes habían abandonado sus sillones en el máximo órgano de gobierno del BBVA, como del ex presidente Emilio Ybarra, y del ex consejero delegado, Pedro Luis Uriarte, hicieron que el final de una etapa y el principio de otra se asumiera como algo lógico y programado.

No en vano, y a pesar de que los consejeros del antiguo BBV se encuentran en esta etapa en minoría -nueve, frente a 10 de Argentaria y uno de Telefónica-, González ha logrado que este proceso se hiciese pacíficamente.

En su intervención González optó por un discurso lleno de mensajes, incluso políticos, y controlando milimétricamente todos los posibles frentes abiertos por el banco y los retos que ahora debe asumir (la junta y los asistentes también estaban controlados al milímetro).

Fueron constantes los guiños a la etapa que ha terminado y a la que se se inicia, a las raíces vascas del BBVA, a las diferencias de estrategia y de potencial de desarrollo entre el banco y el Santander Central Hispano, grupo al que no mencionó explícitamente.

Latinoamérica, y en especial Argentina, tuvieron un gran protagonismo en la intervención de González, como en la carta que dirige a los accionistas recogida en la memoria de 2001 del banco.

'Esta es una junta muy especial: se abre una nueva etapa para el grupo, que, con la colaboración y el apoyo de ustedes, estoy seguro de que conseguiremos que sea todavía más brillante que la anterior', dijo tras saludar a los accionistas reunidos el pasado sábado en la junta.

'Hemos cerrado definitivamente la fusión BBVA. Y lo hemos hecho de manera modélica, poniendo siempre los intereses del banco por delante de los particulares en cada uno de los que hemos participado en este proceso', subrayó, para aludir poco después a la reducción del consejo de administración -que ha pasado de 32 miembros a 21-, a la que se debe sumar la salida de Plácido Arango del consejo por jubilación, y que el sábado aún estaba sentado en el estrado del consejo.

González justificó este recorte en la necesidad de 'asegurarnos el cumplimiento de las mejores práctica de buen gobierno (...) Este banco tiene que tener una estructura equilibrada y eficaz'. El presidente del BBVA finalizó con una 'aclaración' sobre sus funciones en el banco, que cree que se han malinterpretado, y dijo que él no ejerce el poder, 'sí la responsabilidad. El poder es arbitrariedad'.

El presidente del BBVA no quiso perder la ocasión para comparar la fortaleza patrimonial del grupo con la de 'los grandes bancos europeos'. 'La única conclusión que puede extraerse es que BBVA ha resuelto con brillantez un año realmente difícil, con clara ventaja frente a otros bancos comparables'.

En su intervención, no obstante, faltó, como en la del consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, referencias a Uno-e, banco pionero en España por la Red y fomentado desde Argentaria.

El grupo tiene previsto que Uno-e sea rentable en 2003; pero si no es así, podría dar marcha atrás en el mantenimiento de una marca independiente en Internet. Pero, a pesar de esta idea y según recalcaron González y Goirigolzarri, la tecnología sigue ocupando un lugar privilegiado en la estrategia del BBVA. Aunque matizaron que había que evitar confundir el pinchazo de la burbuja tecnológica con el desarrollo de la industria financiera a través de la tecnología.

La importancia del talento

González insistió en varias ocasiones en la necesidad de la ventaja competitiva del talento, algo también reclamado por el presidente del SCH, Emilio Botín. Pero, a diferencia de éste, González, como tampoco lo hizo Goirigolzarri, no realizó ninguna previsión de beneficios del BBVA para este ejercicio. Y sólo se comprometió a que el beneficio por acción del BBVA crecería este año un 10%, porque 'para los accionistas, la medida relevante del beneficio es el beneficio por acción, no el beneficio neto atribuido'. El presidente del SCH prevé que el grupo aumente su beneficio atribuido un 10%.

También, y a diferencia del SCH, los responsables del BBVA estiman que el crecimiento de los costes en España este año será cero (la asignatura pendiente del SCH es precisamente la reducción de costes). Y su ambición es ampliar sus cuotas de mercado.

A pesar del impacto negativo a corto plazo que tiene sobre los bancos operar con bajos tipos de interés, González dijo que él es 'un banquero que cree en los bajos tipos' porque crean actividad económica, mientras que los altos provocan el efecto contrario, y aludió a países de Latinoamérica como ejemplo.

El Gobierno de Argentina 'tiene que hacer sus deberes'

 

'Nuestro reto es construir, desde la libertad y la responsabilidad un gran proyecto de futuro'. Con estas palabras Francisco González definió la nueva etapa del BBVA, que está orientada al cliente y al crecimiento rentable. Pero ni él ni José Ignacio Goirigolzarri dieron muchas pistas de los objetivos de 2002.

González, no obstante, sí dejó clara la apuesta del BBVA por Latinoamérica. 'El compromiso en Latinoamérica es estable y de largo plazo, basado en nuestra confianza en el potencial de la zona'. Y destacó el importante aporte de Bancomer. González fue más lejos al afirmar que, a pesar de que en 2002 el banco se centrará en el crecimiento orgánico, si se presentan oportunidades, no las desaprovechará tanto en Latinoamérica y Estados Unidos como en Europa.

'Somos ambiciosos, queremos ser protagonistas activos en Europa, seguiremos atentos a lo que ocurra y aprovecharemos las ocasiones que surjan y tengan sentido económico y estratégico', dijo sobre Europa. Aunque aclaró que todavía es 'difícil de prever cuándo se podrá abordar la formación de grupos financieros paneuropeos'.

 

Salvaguardar al accionista

Sobre Argentina no fue tan positivo. 'Es evidente que Argentina tiene problemas profundos y graves. Y su solución es fundamentalmente interna', dijo, y añadió que el país 'tiene que hacer sus deberes para contar con todos los apoyos'. Se lamentó de que en ese país se les estuviera llamando 'ladrones, cuando somos víctimas'.

En la carta a los inversores dice que 'el grupo sigue atentamente la situación y adoptará las decisiones que en cada momento estime pertinentes para salvaguardar los intereses de sus accionistas'.

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