Nuevo modelo en el BBVA
La junta de accionistas del BBVA era el acto financiero que más expectativas había levantado en el sector financiero desde finales de año. La reducción del consejo del banco en 11 miembros -siete de ellos procedentes del cupo del BBV y cuatro de Argentaria- incrementaron aún más la atención puesta en esta junta, la primera a la que se enfrentaba Francisco González como presidente único y la segunda de la larga historia del BBV tras la fusión con Argentaria.
A esta expectación habían contribuido también las luchas de poder generadas en su más directo rival, el Santander Central Hispano, y que han derivado en el predominio del bando rojo (Santander) sobre el azul (BCH). En el sector financiero y también en el político surgieron las comparaciones entre la ya finalizada crisis del SCH y la que amenazaba con desencadenarse en el BBVA tras la salida del ex presidente Emilio Ybarra, la de su ex consejero delegado, Pedro Luis Uriarte, y la de siete consejeros del banco pertenecientes al cupo del BBV, entre ellos, uno de sus vicepresidentes y uno de los más identificados con la trayectoria del banco vasco, José Domingo Ampuero Osma. Estas salidas, aunque sorprendentes, se han producido sin desgaste para el nuevo equipo, y menos para González, que ha impuesto el equilibrio de fuerzas en el BBVA sin provocar graves tensiones internas.
Francisco González llegó, vio y venció en la junta de accionistas celebrada el pasado sábado en el Palacio de Euskalduna de Bilbao. En una intervención llena de mensajes y controlada milimétricamente, González no sólo destacó las virtudes del pueblo vasco, sino que se refirió al BBVA como 'una idea empresarial que nació en esta tierra (el País Vasco)'. E incluso asumió 'el código genético' de los 'valores culturales de lo vasco, como la laboriosidad, la capacidad de emprender, de innovar, de crear'. Tampoco olvidó referirse al terrorismo, el mayor lastre de España en general y del País Vasco en particular, y reclamó 'tolerancia cero' frente a ETA.
Las referencias al inicio de una nueva etapa en el BBVA también fueron continuas. Nuevo equipo y nueva estrategia, centrada más en el cliente que en los productos, resumen el proyecto al que ahora se encamina el segundo banco español. Las fusiones europeas y el crecimiento en Latinoamérica, en el que tampoco descarta realizar nuevas adquisiciones si existen oportunidades, unido a la ética y la transparencia, centraron su primera intervención como presidente único. Porque el BBVA, dijo el presidente a sus accionistas, ya no tiene 'frentes abiertos que nos distraigan, que nos resten focus o energía'.
Ahora el gran reto del BBVA y de González en particular es 2002, ejercicio en el que tendrá que poner todo su saber para presentarse nuevamente a la junta de accionistas del banco, pero con los deberes hechos. Porque en 2001, señaló, se ha cerrado 'definitivamente la fusión'. Y se ha hecho 'de manera modélica'.