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Siderurgia

Los analistas quitan hierro a los aranceles sobre el acero en EE UU

El miedo se apoderó de los inversores el martes al conocer que Estados Unidos preparaba un impuesto sobre las importaciones del acero. Las caídas en Bolsa de las compañías del sector fueron fuertes ese día y algo más suaves ayer. Los analistas, sin embargo, aconsejan que no haya pánico.

La anunciada medida del Gobierno de Bush sobre la creación de un impuesto a la importación del acero sentó como un jarro de agua fría a las acereras del mundo en la sesión del martes. Sin conocer los términos de la medida, el sector se precipitó a la baja.

Ayer la situación no era tan tensa. La reflexión de compañías y analistas se produjo con el dictamen ya establecido. Estados Unidos decidió gravar las importaciones del acero con un arancel de hasta el 30%. 'Es una medida regresiva y un precedente peligroso para el comercio mundial', comentaba ayer Andrew Spencer, de JP Morgan.

Los expertos, en líneas generales, han quitado hierro al asunto una vez conocido.

Merrill Lynch emitía ayer un informe en el que subrayaba que no hubiera pánico. 'Los precios del acero en la Unión Europea responden a una mejora del ciclo económico. Dudamos de que la medida de EE UU frene los precios del acero', comentaban sus analistas.

Desde Safei se indica que 'la noticia beneficiaría a Acerinox, que como productor americano, a través de su fábrica en Kentucky, podría aprovecharse de esta restricción. La más perjudicada parece ser Arcelor'.

Del lado de Espírito Santo, los expertos ven 'poco probable que la imposición sea finalmente tan elevada y sobre todos los productos, ya que, por un lado, los precios han comenzado a recuperarse desde principios de año y los consumidores también tienen poder de presión. Los productos semiterminados, además, siempre han estado fuera de los planteamientos proteccionistas'. Matizan, no obstante, que 'puede producirse algún tipo de imposición sobre algunos productos, lo que podría derivar en una cierta espiral proteccionistas a ambos lados del Atlántico, negativa para el sector'.

Sal Oppenheim, por su parte, indica que frente a la decisión de Estados Unidos se encuentra la decisión de los productores de incrementar los precios, que se encuentran en los niveles más bajos desde hace 20 años, el próximo mes de abril.

Con un escenario no tan dramático como se vislumbraba al principio, el mercado parece algo más tranquilo. Ayer las ventas continuaron sobre este tipo de valores, aunque de forma más moderada en la mayoría de los valores. En el caso de Arcelor y Acerinox los descensos fueron del 1,33% y 3,59%, respectivamente. Otros valores europeos destacados, como ThyssenKrupp o Corus, retrocedieron un 1,10% y 0,31%.

Entre las acereras asiáticas resaltaron las caídas de Pohang Iron, más conocida como Posco (2,75%) y de Nippon Steel, que se dejó un 4,39%.

La mayor cadena de televisión francesa TF1 está en racha. Ayer ganó un 9,17%, subida que sumada a las tres anteriores supone una revalorización del 38% en el periodo y el alcance del máximo anual.

La mejora del gasto publicitario ha motivado el cambio de percepciones a mejor por parte de los analistas sobre la entidad francesa. Lehman Brothers, Merrill Lynch, Goldman Sachs y Deutsche Bank, que reitera compra sobre el valor, son las firmas de inversión que han apostado con fuerza sobre TF1. Havas Advertising ha añadido más optimismo al confirmar que el año ha empezado muy fuerte y que, de seguir así, 2002 será un año récord en captación de negocio.

Día histórico para International Power. Las acciones de la compañía inglesa se anotaron el mayor avance (12%) desde que saliera a cotizar hace dos años. Los inversores se decantaron por el valor una vez conocido el optimismo que emana sobre el sector. Los analistas dijeron que la planta de generación de Londres va a beneficiarse de la recuperación del mercado de la electricidad en Estados Unidos.

El interés que ha desatado esta compañía queda constatado con el volumen de negocio. Ayer se movieron 28,6 millones de acciones, frente a una media diaria de 9,1 millones. 'La gente está percibiendo un cambio en la economía estadounidense', dijo un experto de Dresdner.

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