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Actividad

La riqueza nacional se desplaza hacia la cuenca mediterránea

La distribución de la riqueza ha ido variando en las últimas cuatro décadas, desplazándose de la cornisa cantábrica al noreste del país, en busca de la expansión turística, la proximidad con la frontera francesa, y la concentración de la población en grandes núcleos. El 70% del aumento del PIB se explica por las mejoras acumuladas en la productividad.

E l progreso técnico, medido en términos de productividad total de los factores, explica la mayor parte del crecimiento de las provincias que se ha ido acumulando en las últimas cuatro décadas. Las mejoras de productividad han contribuido al 66,6% del aumento del PIB durante este periodo, según el último estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, hecho público ayer.

La mitad de las mejoras en productividad tiene su origen en el trasvase de la agricultura a la industria y los servicios. El segundo factor que más ha contribuido al crecimiento económico ha sido la acumulación de capital privado, que explica por sí solo el 30% del total, informa Europa Press. La contribución del empleo, en cambio, ha sido muy dispar. æpermil;sta ha sido negativa en 35 provincias, en las que se ha destruido empleo en términos netos, desde 1955. En cambio, en otras 15 provincias el empleo ha contribuido de forma positiva al crecimiento económico.

Francisco Goerlich y Matilde Mas, autores del estudio, creen que sigue existiendo una fractura territorial 'muy evidente' entre las provincias del norte y el este del territorio nacional y las situadas al sur y al oeste, 'que difícilmente podrá subsanarse si las provincias atrasadas no consiguen reducir el nivel de población dependiente, formadas por inactivos y parados'.

En cualquier caso, constatan que la intervención del sector público, a través de impuestos y transferencias, ha suavizado en los últimos años las desigualdades. Dicho de otro modo, las diferencias de renta disponible entre las provincias son menores que las existentes antes de la contribución del sector público.

Madrid y Barcelona, que cuentan con el 25% de la población, y Girona, Álava, Baleares y La Rioja, son, hoy por hoy, las provincias con mayor renta y productividad. La renta per cápita de Girona doblaba en 1998 la de Granada, uno de los territorios más deprimidos.

Distribución

Al contrario de lo que pudiera parecer, las provincias más ricas son las que mejor distribuida tienen su renta. æpermil;stas son, a su vez, las que presentan mayores niveles de productividad de trabajo, tasas de paro, menor dependencia del sector público (menores dotaciones de capital público por habitante).

Estas provincias son también las que más población concentran, de tal manera que las más densamente pobladas son también las más desarrolladas y viceversa. La densidad de población en capitales de provincia como Madrid y Barcelona supera los 600 habitantes por kilómetro cuadrado. A su vez, las provincias más ricas suelen ser contiguas entre sí. Sus relaciones de vecindad acaban siendo determinantes para el surgimiento de economías de escala y nuevos procesos de aglomeración de población. El informe de la Fundación BBVA resalta, además, que la reducción de las desigualdades en renta per cápita ha ido disminuyendo a partir de los años ochenta, a diferencia de lo sucedido con la productividad, que ha registrado una convergencia más intensa a partir de 1979.

A modo de conclusiones, los autores señalan que la España de los últimos años noventa era más igualitaria que la de los setenta, aunque en 'en un número no despreciable' de provincias, en 15 concretamente, ha aumentado la desigualdad a través de un paulatino empeoramiento de la distribución de la renta.

En opinión de los autores, las acciones dirigidas a reducir las desigualdades deben orientarse directamente a los individuos y no, con carácter general, al territorio que habitan.

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