La ejecutiva de CC OO cierra hoy la crisis con el relevo
El secretario general de la confederación sindical de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, propondrá hoy a la ejecutiva confederal la sustitución del secretario de organización y comunicación, Rodolfo Benito.
Previamente someterá el asunto a un debate abierto en el comité confederal, del que forman parte todos los miembros del secretariado (ejecutivo de la central), la ejecutiva (órgano de dirección en el que están proporcionalmente representadas todas las sensibilidades del sindicato) y los secretarios generales de las uniones territoriales y de las federaciones de rama.
El secretario general propondrá la sustitución de Rodolfo Benito por "la reiterada falta de lealtad", ocasionada por "las continuas críticas a la gestión del sindicato en materia de pactos sociales, relaciones con la Unión General de Trabajadores y pactos salariales cuando se ha planteado la desaceleración económica". A juicio de la dirección de la central, esta falta de sintonía en la gestión diaria del sindicato puede "restarle eficacia a la labor sindical" comprometida en el congreso confederal de abril de 2000, tratándose del responsable de dos de las secretarías más notables.
En principio, únicamente será sustituido el secretario de organización y comunicación. Pero puede darse el caso de que del comportamiento del debate en la cumbre de secretarios generales y de la votación en la ejecutiva confederal, la propuesta de cese y sustitución se amplíe a otros miembros del secretariado (órgano ejecutivo de gobierno diario de la central, elegido por la ejecutiva a propuesta del secretario general).
Fuentes de la dirección de la central aseguran que dos secretarios, Antonio Rey y Paloma López, podrían alinearse con Rodolfo Benito en el debate y en la votación.
En tal caso, la secretaría general considera que estarían en la misma posición que el cesado y consideraría tal circunstancia igualmente como un "acto de deslealtad" que les incapacitaría para seguir en la dirección del sindicato.
Concentrar el poder
En este caso, un cese puntual se convertiría en un cambio de tres secretarios y de cuatro carteras. Por ello debería buscar a otros tantos sustitutos. Para la secretaría de organización, siempre considerada como la de mayor importancia tras la secretaría general por tener en sus manos el aparato de la central, Fidalgo podría promover a Salvador Bangueses, actualmente secretario de estudios y mano derecha del secretario general. Otra opción sería desplazar desde acción sindical a Fernando Puig para organización. Bangueses podría igualmente asumir comunicación; no obstante, para esta responsabilidad Fidalgo ha manejado otros nombres, como Héctor Maravall o Ramón Górriz.
En caso de sustituir a Antonio Rey en servicios, sus responsabilidades serían asumidas por Andrés Gómez, que ya gestiona administración y finanzas. Por lo que se refiere a la secretaría de política social, en manos de Paloma López, puede pasar a manos de José Luis Sánchez, ahora en acción institucional.
Con esta remodelación, José María Fidalgo concentraría casi todo el poder de gestión del sindicato en manos de la media docena de personas de su absoluta confianza.
El séptimo congreso y medio, en juego
El VII Congreso Confederal de Comisiones Obreras de abril de 2000 se cerró en falso. Las ambiciones de los tres candidatos a sustituir a Antonio Gutiérrez fueron ocultadas entonces por el pensamiento unitario sobre cómo deberían ser las Comisiones Obreras en la primera década del siglo XXI.
Rodolfo Benito tenía el respaldo de las uniones territoriales; Ignacio Fernández Toxo, el de las federaciones de rama, y José María Fidalgo, el respaldo del líder saliente, que generalmente impone su criterio. Ante el pujante consenso concitado por Toxo, Gutiérrez pidió a Benito que se sumase a Fidalgo como mejor fórmula de síntesis.
Así se hizo, y se buscó un equilibrio de nombres en la dirección. Ahora este equilibrio ha saltado, y todos están resolviendo el VII Congreso Confederal y medio, pero sin los votos de los delegados.