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EEUU

El ex presidente de Enron se niega a declarar en el Senado

Ken Lay, ex presidente de Enron, se acogió a la quinta enmienda de la Constitución de EE UU para no declarar contra sí mismo ayer en el Senado. Lay, que oyó fuertes críticas a su gestión por parte de los senadores, leyó una declaración en la que afirmaba que no hablaba por consejo de su abogado, pero no porque tuviera algo que ocultar. Por otro lado, el Congreso va a presentar una ley para crear un consejo que siente nuevas bases de actuación de las firmas auditoras.

Como estaba previsto y tras dos comparecencias voluntarias frustradas, la primera intervención pública de Kenneth Lay ayer no proyectó ninguna luz sobre su papel como máximo ejecutivo de Enron. No obstante, durante más de una hora, Lay permaneció sentado en una mesa de cara a los senadores que uno a uno iban dejando caer ácidas críticas al ejecutivo.

Una de ellas, la del presidente del comité, el demócrata Ernest Hollings, tenía doble lectura. Para empezar, Hollings se dirigió a él llamándole kenny boy, el nombre con el que el presidente George Bush se refería hasta hace poco al presidente de Enron. El senador quería poner de manifiesto la amistad de Lay con Bush y su calidad de generoso donante para sus campañas. La retórica precedía a un debate en la tarde de ayer sobre la reforma de la ley electoral en el capítulo de donaciones ilimitadas a los candidatos.

La afirmación de que no tiene nada que ocultar por parte de Lay tenía ayer menos credibilidad que nunca al hacerse público que su firma aparecía en los documentos de aprobación de algunas de las sociedades que quedaban fuera de balance y que servían para ocultar pérdidas y deudas de Enron.

Pero, aunque la declaración no se ha producido, las consecuencias del caso llenan la vida financiera y política de EE UU. Esta quiebra ha evidenciado los fallos del sistema financiero y político y los responsables públicos quieren acelerar la toma de decisiones para parchear estos agujeros. La última de estas decisiones se refiere a una nueva legislación para el gobierno de las auditoras. Y es que las últimas propuestas de las auditoras para mejorar sus prácticas no han convencido a los legisladores que sin entrar en el fondo de estas creen que no es conveniente que el sector se autorregule.

Algunas de las propuestas son iguales a las presentadas por el presidente de la SEC (organismo regulador del mercado), Harvey Pitt, en su proyecto de crear un organismo del mismo tipo. Pitt ha dicho que trabajará con el Congreso si existe el consenso para desarrollar esta legislación, pero ha advertido que será más rápida cualquier actuación por parte de la SEC que la que pongan en marcha los congresistas.

En esencia, lo que la Cámara baja quiere dejar claro es que las firmas de auditoría no deben proporcionar servicios de consultoría en los procesos de auditoría interna y que la SEC decida si se les prohíbe ofrecer estos servicios para la preparación de los impuestos. Dos tercios de los encargados de este organismo serían personas no relacionadas con el sector, pero el resto sí y la SEC tendría autoridad directa sobre ellos. Eso deja la nueva regulación lejos de los deseos del antiguo presidente de la SEC, Arthur Levitt, que critica que una misma empresa preste servicios de auditoría y consultoría al mismo cliente.

Cable & Wireless sufre en Bolsa por las sospechas acerca de sus prácticas contables

 

Los títulos de Cable & Wireless se hundían hoy en la Bolsa de Londres hasta los niveles más bajos desde hace diez años a causa de los rumores acerca de posibles prácticas contables fraudulentas que se han extendido por todo el mercado de las telecomunicaciones.

 

C&W, presente en el mercado de las comunicaciones de alta velocidad está en el punto de mira tras haberse descubierto que registraba ciertas operaciones como beneficio, y que inquietaba a sus inversores tras el quiebra de la eléctrica estadounidense Enron.

C&W fue el valor con el peor comportamiento de todos los que componen el índice FTSE 100 de la Bolsa de Londres, en lo que va de año. La empresa ha perdido un tercio de su valor en el mercado debido a las malas previsiones y la caída en bancarrota de sus rivales por la escasez de la demanda del mercado de las telecomunicaciones.

ABN Amor considera menor la problemática contable de C&W, y cree que no afectará a la valoración fundamental de la compañía.

 

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