Cambiar el sentimiento es clave
Cuentan los expertos avezados que en la Bolsa hay factores de influencia decisiva en situaciones en las que la desorientación es total. El sentimiento de los participantes en el mercado es, con frecuencia, más importante que el peso de las cifras y estadísticas, incluso que la propia realidad económica.
Se explica, así, el cambio drástico en los mensajes lanzados por los grandes organismos supranacionales y por las más influyentes firmas de Bolsa. El G-7 ha dicho este fin de semana que, aunque existen riesgos a tener en cuenta, como la situación en Japón y la debilidad de la actividad en Alemania, la economía del mundo muy bien podría haber pasado lo peor. Ha aplaudido, también, los esfuerzos en Argentina, aunque el comunicado oficial desconocía el último discurso del presidente argentino.
En las últimas horas se han producido, además, cambios en las recomendaciones de los valores que más pesan en la confección de los índices. Para determinados bancos de inversión, las telecomunicaciones, en concreto, han bajado más de lo que debían y muestran ahora precios muy atractivos.
Que mejore el sentimiento del mercado es condición indispensable para que los precios y los volúmenes de la Bolsa recobren el brillo. Por eso, algunos ejecutivos estadounidenses actúan ahora en sentido contrario al de hace dos años y compran acciones de las empresas que dirigen. El ejemplo más claro ha sido el de los responsables de AOL, cuyo anuncio de compra de acciones provocó el viernes un giro radical y a mejor del Dow Jones y del tecnológico Nasdaq.
Esta situación coincide con un nivel técnico de sobreventas, a decir de los expertos. Apostar, por tanto, por una aproximación, incluso superación, del índices a la zona de los 8.000 puntos es la postura más razonable, salvo sorpresas.