Alemania, ante la Comisión Europea
Si los ministros de Finanzas europeos son serios en cuanto al euro, entonces mejor que resistan las presiones de Berlín cuando se reúnan [hoy, martes] (...). El año pasado no tuvieron dudas en enviar un aviso a Irlanda porque no había seguido las directrices de Bruselas para asegurar un crecimiento libre de inflación. Comparado con Irlanda, que tanto entonces como ahora podía presentar un saludable resultado fiscal, Alemania debe ser juzgada más severamente porque su peso económico es mayor (...).
Nadie puede afirmar seriamente que existen consideraciones políticas o tácticas entre pasillos para beneficiar a la oposición de Berlín. Incluso el ministro de Finanzas [alemán], Hans Eichel, ha concluido que, en el fondo, el aviso [de la Comisión sobre el déficit] reafirma su propia política.
Pero el canciller [Gerhard Schröder] ha atacado tan agresivamente a la Comisión que muchos han visto la reaparición del viejo euroescéptico que piensa que Bruselas está quemando el dinero alemán y que una vez definió la moneda única como un 'parto prematuro' (...). La mayoría de los políticos prudentes de Berlín reconocen desde hace tiempo que los ataques de Schröder a las autoridades comunitarias y sus justificadas propuestas dañan la imagen de Alemania (...). Resulta depresivamente evidente que en los últimos días Schröder y su Gobierno intentan deliberadamente esquivar las normas.
Parece que no han entendido que la moneda única, compuesta de momento por 12 Estados, recuerda a un móvil que puede fácilmente desequilibrarse: sólo con que uno de los participantes no se ciña a las normas (...).
Si Berlín continúa desobedeciendo las normas, chantajeando a la Comisión y a sus socios, levantando barreras a la libre competencia en el mercado único, el gran experimento del euro fracasará. Por eso este aviso es tan importante. Y por eso los ministros de Finanzas no tienen otra alternativa que enviarlo.