EE UU sólo ayudará a Duhalde si elabora un programa viable
La situación de Argentina tiende a empeorar. Ayer, el secretario del Tesoro de EE UU, Paul O'Neill, volvió a condicionar la ayuda de su país y del FMI a que cuente con un plan económico viable. El clima social y político se enrarece ante la falta de soluciones. El presidente Eduardo Duhalde promete negociar con los empresarios españoles la semana próxima.
En la misma sintonía que su jefe, el subsecretario del Tesoro, John Taylor, dijo ayer en una conferencia de la Asociación de Banqueros de EE UU que 'Argentina ha hecho un progreso sustantivo, pero faltan detalles'.
O'Neill fue en realidad más allá que su subalterno y dijo claramente que, hoy por hoy, los argentinos no tendrán apoyo efectivo. 'Los podemos ayudar, pero no hasta que su Gobierno soberano establezca reglas y procedimientos (para lograr un crecimiento sostenible)', dijo.
Taylor no tomó en cuenta las quejas formuladas ayer por el ministro de Economía argentino, Jorge Remes Lenicov, quien afirmó que el FMI no ha sido 'contundente' en el apoyo a su país, pues aseguró que el Gobierno de Buenos Aires ha reconocido que el plan económico elaborado es 'incompleto'.
Mientras las protestas por salarios, por las ayudas a los parados y por la renuncia de la Corte Suprema de Justicia se suceden día tras día, Duhalde ve cómo se estrecha su margen de maniobras.
Ayer, el presidente argentino recibió a los principales directivos de todas las empresas españolas presentes en el país. 'Fue un encuentro de buena onda, muy positivo. No hubo reclamos de ningún tipo', dijo el portavoz presidencial, Eduardo Amadeo. Sin embargo, durante el encuentro el mandatario argentino reafirmó que no piensa aceptar una actualización automática de los precios de los servicios públicos privatizados. Y, al mismo tiempo, prometió a los empresarios que la semana próxima se iniciarán las negociaciones oficiales entre sus funcionarios y las empresas.
Justicia y militares
El Congreso, por su parte, comenzó ayer el proceso de juicio político a la cuestionada Corte Suprema de Justicia. La comisión de juicio político de ambas Cámaras pedirá la destitución de los nueve miembros del cuerpo del alto tribunal por 'mal desempeño en sus funciones'. 2.000 personas pidieron ayer en Rosario, a 300 kilómetros de Buenos Aires, la destitución de los magistrados.
El presidente Duhalde trata de acelerar, por otro lado, la reforma política del país acordada hace dos días con los gobernadores provinciales. La iniciativa cobra importancia en momentos en que se expanden falsos rumores de pronunciamientos militares. El miércoles por la noche, el jefe del Ejército, el general Ricardo Brinzoni, desmintió que dos regimientos se hubieran levantado contra el orden constitucional. Y aseguró que su ejército 'no tiene misión, vocación, medios ni entrenamiento para reemplazar a la policía ante un desborde social'.
Pero las presiones sociales crecen desde todos los sectores. Además de la cacerolada y marcha a la Plaza de Mayo convocada para esta noche, organizaciones de PYME anunciaron una manifestación para el próximo martes. El Gobierno intenta satisfacer los reclamos. Las exigencias de EE UU y del FMI, así como el peligro de hiperinflación no le dejan muchas salidas. Duhalde deberá decidir rápidamente qué hacer.