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Foncillas da el primer paso en la reordenación de las constructoras

Y Foncillas movió ficha. Tras varios intentos, Dragados ha conseguido cerrar lo que puede considerarse la primera operación del nuevo orden del sector de la construcción en España. Los analistas coinciden en que la compra de Dragados va a obligar a sus competidores a abordar operaciones que les den tamaño.

El sector de la construcción español lleva unos años moviéndose en un mar de intentos de fusiones y compras. Y casi siempre con Dragados en el ojo del huracán. El grupo que preside Santiago Foncillas, después de que se fuera al traste un intento inicial de acercamiento con Fomento de Construcciones y Contratas, intentó hasta tres veces una fusión con Sacyr, la última a finales del pasado año.

Pero la apuesta era clara. Ganar tamaño. Foncillas insistió, aunque cambiando el tiro. El objetivo pasó a ser una empresa holandesa, HBG, con la que ya había hecho algunos negocios en Irlanda. Tras una rápida negociación, los contactos empezaron en noviembre, Dragados ha logrado el objetivo marcado.

La operación anunciada ayer es, en opinión de los expertos consultados, el inicio de un profundo cambio en el sector de la construcción español. Los competidores directos de Dragados han estado analizando todas las combinaciones posibles para hacer una operación en el mercado nacional, aunque ninguna haya fraguado al menos de momento.

La pelota está ahora en el tejado de los FCC, Ferrovial, Acciona, ACS, OHL o Sacyr, aunque todos ellos mantengan que su política está clara desde hace tiempo.

FCC, por ejemplo, se ha dedicado en los últimos tiempos a fortalecerse en el campo de los servicios, prestando una especial atención al negocio exterior. El grupo que preside Marcelino Oreja, siempre sigiloso, apostó en su momento por el negocio de la telefonía móvil, a través de Xfera, aunque en la última junta de accionistas retomó el discurso del retorno a los negocios tradicionales.

Su compañero de viaje en Xfera, ACS, es otra de las empresas que entra sistemáticamente en las quinielas de las fusiones. De hecho, ACS es un grupo construido a base de compras y uniones en los últimos años. Y su presidente, Florentino Pérez, siempre está dispuesto a aprovechar una buena oportunidad.

No obstante, dentro del grupo de los cinco grandes, son Ferrovial y Acciona los que, al menos sobre el papel, están en la mejor disposición para seguir la estela de Dragados. El grupo controlado por la familia Del Pino acaba de cerrar una brillante operación con la venta del 40% de la filial de concesiones Cintra a la australiana MacQuarie. La desinversión le ha colocado en una situación financiera muy saludable y con cartera para hacer una inversión relevante.

De momento, su apuesta por Europa se ha centrado en las concesiones, así como en Polonia, país en el que las constructoras confían porque se perfila como uno de los grandes beneficiados de los fondos europeos cuando se produzca su entrada en la UE. Ferrovial controla la mayoría de la constructora polaca Budimex.

Acciona es otra de las constructoras españolas que ha apostado por Polonia, donde controla Mostostal. El grupo de la familia Entrecanales también tiene la caja en condiciones de afrontar un desembolso serio porque ha desinvertido con notables plusvalías parte de su participación en la antigua Airtel (ahora Vodafone España), proceso que prevé completar en los próximos meses.

Juan Abelló, otro de los ganadores de la operación Airtel, ha recalado en Sacyr, convirtiéndose en uno de sus principales accionistas. Sacyr, la empresa más rentable del sector, es otra de las eternas candidatas a participar en una concentración. Y eso sin olvidar a OHL, cuyo presidente, Juan Miguel Villar Mir, siempre está ojo avizor.

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