'Aznar debe explicar qué hace en Euskadi votando con Batasuna''
El 'lehendakari', Ibarretxe, afirma que con el Partido Socialista se puede llegar a acuerdos. Tiene un plan para sacar adelante el Presupuesto mutilado y no renuncia a la firma del Concierto Económico
El lehendakari llega tarde a la entrevista, atrapado por las votaciones del pleno celebrado el pasado jueves en Vitoria. Habla con vehemencia de la lucha contra el terrorismo, las medidas para completar el Presupuesto y del bloqueo político que vive Euskadi.
Pregunta. La sensación creciente es que el País Vasco está políticamente bloqueado. ¿Cómo afronta su Gobierno esta parálisis?
Respuesta. Lo que hay es un interés por trasladar la idea de bloqueo político. Al Gobierno vasco, en este caso del PNV-EA más Izquierda Unida, no hay más que una manera de derrotarle y es que el Partido Popular y el Partido Socialista voten con Batasuna o que Batasuna vote con el Partido Socialista y con el Partido Popular. Lo que se ha producido en los últimos tiempos es una actuación muy curiosa, que Nicolás Redondo, Arnaldo Otegi y Jaime Mayor Oreja primero juntaran sus votos para boicotear el Parlamento y las instituciones democráticas vascas, lo cual es terrible, y que con posterioridad unieran sus votos para tratar de derrotar determinados capítulos del Presupuesto.
P. Precisamente el Presupuesto está aprobado sólo en parte, lo cual deja en una situación rarísima la capacidad de gestionar.
R. No. Hay en torno a un 70% del Presupuesto aprobado de acuerdo con lo que pudiera ser el Presupuesto de 2002, y el resto, ese 30%, lo haremos. Lo desarrollaremos primero a través de la correspondiente prórroga que garantiza la continuidad de los servicios, y para las ideas nuevas, para impulsar determinados proyectos estratégicos, sí tenemos necesidad de habilitar fondos. Tenemos que poner en marcha decretos extraordinarios, que presentaremos a través de las correspondientes leyes al Parlamento.
P. Sí, pero el marco y la publicación oficial no están aprobados.
R. El marco no es una cuestión del Gobierno. Es el Parlamento el que tiene que publicar esa ley, pero lo que ha sido aprobado se publicará y punto. Y a partir de ahí, ¿qué es lo que ocurre? Pues que aquellas cuestiones del Presupuesto que no quedan habilitadas tienen una continuidad a través de la Ley de Prórroga.
P. ¿El proyecto de desarrollo de la sociedad de la información se puede garantizar con créditos extraordinarios?
R. Tenemos un plan aprobado en Euskadi que nos va a permitir habilitar fondos con carácter ordinario para continuar con esas iniciativas. Si creemos oportuno que algunas de las materias nuevas sean incorporadas a través de créditos adicionales, presentaremos a la Cámara la ley para habilitar los créditos con carácter absolutamente de urgencia.
P. En esta situación de Parlamento dividido, ¿cuál es el escenario de habilitar partidas extraordinarias?
R. Nuestro interés es que en la propia fecha en la que entre en vigor el Presupuesto aprobado queden también muy claras cuáles son las iniciativas que con carácter extraordinario va a financiar determinado tipo de programas. ¿Qué partidas son? Pues básicamente son las que tienen que ver con las políticas de seguridad. Como es lógico, de ninguna manera vamos a dejar de prestar servicios para preservar las libertades de todos y cada uno de los ciudadanos vascos. Sería una especie de gran locura que hiciéramos algo de esto. Por lo tanto, tendremos que habilitar créditos extraordinarios para esas partidas. Pero conviene tener en cuenta que quien, sumando los votos del Partido Popular y el Partido Socialista, decidió en última instancia en aquellas votaciones, en aquel debate irracional, fue Batasuna. Como contaba con los votos del PSOE y del PP, ¿dónde decidió? Pues donde, desde su punto de vista, podía hacer más daño.
P. ¿Y si son rechazadas esas partidas?
R. A no ser que en este país nos volviéramos todos locos, no creo que se vuelva a reproducir una votación en la que el Partido Socialista, el Partido Popular y Batasuna voten en contra del programa para abrir una oficina de ayudas a las víctimas del terrorismo. Me parece una barbaridad de tal calibre que sería tremendo. Probablemente, eso, en el espacio de un Presupuesto pasa inadvertido, pero no va a pasar inadvertido en el espacio de una ley concreta.
P. ¿Es una jugada, una táctica para dividir la oposición?
R. No estoy queriendo hacer ninguna jugada. Estoy absolutamente convencido de que un debate político individualizado, partido a partido, para la votación de fondos va a poner a cada uno en su sitio, punto, nada más. Pero no porque se tengan que retractar, sino porque como Gobierno tengo que poner en marcha esas políticas. Mi obligación es atenderlas y de ninguna manera voy a hacer dejación de no desarrollar esas políticas, porque me parece una barbaridad. A mí me parece que es bueno que el Parlamento se pronuncie.
P. Otro tema económico, quizá de mayor calado político, el Concierto. ¿Hay alguna posibilidad de llegar a un arreglo?
R. Estamos condenados a entendernos, porque lo contrario sería un disparate en términos políticos. Lo que ocurre es que en los últimos tiempos, no ya en relación con el Concierto Económico, con el conjunto del autogobierno, estamos sorprendidos ante lo que es un proceso de regresión autonómica galopante en la interpretación que está realizando de manera claramente estratégica el Gobierno español y el presidente Aznar y que ha tenido la culminación en el congreso del Partido Popular. Ha reinventado la vieja figura del nuevo patriotismo o del viejo patriotismo español, como se quiera llamarlo, que de alguna manera lo que viene es a derogar uno de los principios fundamentales probablemente en los que no creyeron nunca los sectores dirigentes del PP: la Constitución española. Una constitución en clave de configurar diferentes naciones dentro de un espacio del Estado; en definitiva, el Estado plurinacional. Ese planteamiento ha sido históricamente divisor del proyecto de España y divisor incluso de aquellos partidos que quieran tener diferentes opciones y visiones de España como ha sido el Partido Socialista. Bajo mi punto de vista, el Partido Popular lo que en el fondo ha hecho ha sido derogar por decreto, en este caso aprobado en el congreso del propio partido, el Estado plurinacional y en definitiva llevarnos a una situación de degradación del conjunto del sistema autonómico. Quien plantea tener un protagonismo en Europa no es sólo Euskadi. Es Cataluña, es Galicia y es el conjunto de las comunidades autónomas.
P. ¿Es una regresión también del Gobierno del PP que en la modificación del Concierto Económico de 1997 admitiera en el artículo 5.3 representación internacional del País Vasco y ahora no?
R. El artículo 5.3 ha sido uno de los muchos artículos de los que el Partido Popular se ha reído. No obstante, nosotros, en diciembre, en la última oferta que realizamos al Partido Popular, dejamos claro que no era verdad, como decían, que teníamos una disputa única y exclusivamente en relación con los temas de participación en la Unión Europea, aunque es absolutamente legítimo plantearlo. Nosotros dijimos: perfecto, retírese cualquier referencia de la ley del concierto en relación con esa materia. Dejemos el 5.3 tal cual está. Y sí es verdad que existe una aceptación del resto de posiciones de la delegación vasca, correcto. Firmemos el texto del concierto de esa forma y emplacémonos en los próximos seis meses, que son curiosamente los de la presidencia española de la Unión, en la búsqueda de un sistema de participación, que no pedimos que sea exclusivamente para Euskadi.
P. ¿Aceptaban de verdad firmar el Concierto sin ese punto?
R. Es evidente. La propuesta la trasladamos por escrito.
P. ¿El PNV puede plantearse esa aspiración a medio plazo?
R. No queremos romper el tratado europeo, sino utilizar los mismos instrumentos jurídicos y políticos que permiten que Baviera, Flandes o Valonia tengan participación. Eso es lo que estamos pidiendo el conjunto de las comunidades autónomas. No es verdad que Aznar sea un problema para Euskadi, Cataluña y Galicia; Aznar es un problema para España y para Europa.
P. ¿La participación que plantea el Gobierno vasco lo abarca todo?
R. Lo que queremos de salida es que se deje de utilizar un mensaje falso. No pedimos ni más ni menos que lo que hace posible que participen otras regiones y naciones europeas. Y queremos participar y negociar en los marcos y niveles adecuados. Todo está ya inventado en Europa. Por ejemplo, queremos participar en el Convenio de Schengen. Por cierto, tampoco hay ningún problema de la Administración francesa. Y está la armonización fiscal, que se puede convertir en un problema, porque ya tenemos la misma moneda y el mismo mercado y no debemos tener trato fiscal diferente. Europa se convertiría en una partida de tahúres. Yo estoy a favor de compartir soberanía, de ponerla en común.
P. ¿El programa calificado de soberanista del PNV dejaría de ser tal desde la óptica europea?
R. Me parece un exceso que alguien que incluso está negando la virtualidad de aquella Constitución que hablaba de un Estado plurinacional o alguien que está negando competencias que contempla el Estatuto de Gernika, que alguien que está cercenando el acuerdo que celebramos hace 22 años te venga además tildando de soberanista. Y hecha esa aclaración, digo que Euskadi aspira a disponer de una soberanía compartida en relación con España, con Francia y con Europa. Eso sí, queremos que las decisiones para compartir esa soberanía dependan de nuestra capacidad de decidir.
P. España y Francia no son planos iguales. No se puede llegar a Bruselas por el atajo de Hendaya, hay que pasar por Madrid.
R. No se trata de eso. Tengo muy claro que Euskadi no se va a poder construir contra nadie. Ni contra España, ni contra Francia, ni contra Europa
P. Usted asumió el compromiso de no gobernar con los votos de Batasuna. Sin embargo, el presidente Aznar recientemente le acusaba de estar preparando un Acuerdo de Estella II. ¿Qué tiene que decir a eso?
R. Esta obsesión enfermiza que permanentemente Aznar muestra en relación con las predisposiciones políticas de unos y otros, especialmente del PNV, no me parece de singular importancia. Lo que realmente debe explicar el señor Aznar es qué hace votando con Arnaldo Otegi. ¿Qué hacen aquí el Partido Popular y Batasuna votando juntos en esta Cámara? ¡Qué curiosa circunstancia! Lo que tendría que hacer Aznar no es lanzar hipótesis acerca de determinadas cuestiones, lo que tendría que explicar es qué hace en Euskadi Jaime Mayor Oreja votando con Arnaldo Otegi para tratar de derrotar a las instituciones democráticas vascas.
P. ¿Qué le ofrece el lehendakari al PP para que no se produza esa coincidencia con Batasuna?
R. Aquí cada uno es muy responsable de lo que hace; yo no tengo que dar a nadie nada. Y lo que quiero decir es que es una vergüenza política que alguien que ha estado utilizando permanentemente el que no se podía utilizar los votos de Batasuna para gobernar ni directa ni indirectamente, hoy sin ningún tipo de rubor está votando con ellos.
P. Habla de trabajar en común. ¿Cree posible lograr acuerdos de cooperación, por ejemplo con el PSOE?
R. Es necesario que afrontemos el futuro sin complejos, todos, y desde ese punto de vista no cabe ninguna duda de que el Partido Socialista, lo ha sido históricamente y lo sigue siendo, es una fuerza importante para llegar a acuerdos en determinadas materias. Ahora mismo tenemos acuerdos en materia presupuestaria tanto en Vizcaya como en Guipúzcoa. Tengo la curiosidad de saber por qué lo que es posible en Vizcaya y en Guipúzcoa no es posible con el Presupuesto de Euskadi, cuando los tres forman parte de las mismas directrices. Pero es absolutamente necesario que el Partido Socialista tenga un proyecto político y no lo veo hoy, sinceramente, con el nervio suficiente para constituirse en alternativa al Partido Popular en España.
P. ¿Y con el PP es factible?
R. Tengo claro que con el Partido Popular hay que hablar y hay que intentar alcanzar acuerdos, pero dos no se entienden si uno ni siquiera se sienta a la mesa. Nos está pasando ahora con el Concierto Económico. Cada semana reclamamos sentarnos a la mesa.
P. Los empresarios vascos argumentan que el bloqueo institucional condiciona y frena sus decisiones de inversión...
R. Creo profundamente en la capacidad de iniciativa de la sociedad vasca y a nosotros, como Gobierno, lo que realmente nos preocupa no es atender a esta especie de rifirrafe barato, al que pretenden permanentemente invitarnos desde el Partido Popular, desde el Partido Socialista y desde Batasuna. Los empresarios vascos cuentan con un aliado natural en las instituciones vascas para superar ese clima de confrontación política y preocuparnos por lo que nos interesa de verdad, que es tratar de generar empleo, formación y actividad.
P. Pero ellos exigen decisiones claras.
R. Saben que cuentan con un aliado en las instituciones vascas, como las instituciones vascas sabemos que contamos con un aliado en el empresario vasco.
'Va a ser la sociedad vasca la que va a acabar con ETA'
Pregunta. ¿Confía en una pronta tregua de ETA?
Respuesta. Prefiero no entrar en ningún tipo de hipótesis. Con excesiva frecuencia nos hemos movido queriendo interpretar racionalmente un mundo irracional y el que interpreta desde la racionalidad lo que es conceptualmente irracional corre el peligro de colocarse en el abismo.
P. ¿Piensa que es posible acabar con el terrorismo?
R. Sí, a la vista está en los últimos tiempos, pero no sé qué es lo que pasará en el futuro. Pero todavía hace 15 días ETA colocó una bomba en el corazón de Bilbao, en el primer día de rebajas.
P. La pregunta es si tiene la convicción de que se puede poner fin a la violencia y por qué caminos, uno o varios.
R. Pobres de nosotros y pobre de una sociedad que trabajara con la convicción de que no es posible luchar contra la violencia. La sociedad vasca es una sociedad vital, que lleva 10 años creciendo ininterrumpidamente. Estábamos en el entorno del 80% de la renta europea cuando entramos en la Unión Europea. España está en el entorno del 83%-84%. Los datos demuestran que Euskadi a final de 1999 estaba por encima de la media europea. Nosotros calculamos que hoy estaremos en el entorno del 104%-105%. ¿Qué quiere decir eso? Que en 16 años la economía vasca ha crecido 25 puntos más que la economía en Europa. Y una sociedad que tiene capacidad para desarrollarse no puede soportar vivir con una violencia espantosa que pertenece a siglos del pasado más que a una sociedad vasca en el siglo XXI. ¿Qué hay que utilizar? Evidentemente hay que utilizar todos los caminos. Hay que utilizar las políticas de seguridad, las acciones derivadas del cumplimiento de la ley, sin ninguna duda.
Y los partidos políticos tenemos también necesidad de dialogar y resolver nuestras diferencias, que vienen, además, desde hace muchos años. Estoy absolutamente convencido de una cosa: la violencia de ETA la va a hacer desaparecer la sociedad vasca, más allá de los dimes y diretes de los partidos políticos. Más allá incluso de la necesaria articulación de políticas de naturaleza policial y judicial. Va a ser la sociedad vasca la que va a acabar con ETA.
P. ¿Pero considera deseable un pacto, al estilo de Ajuria Enea, es decir, una convergencia de las fuerzas políticas en ese objetivo?
R. Hoy, después de las elecciones del 13 de mayo, todos hemos aprendido que hay que compartir un suelo ético y moral. Si no tenemos un suelo, si chapuceamos sobre el barro..., sobre el barro no se puede colocar ni una tienda de campaña. Tenemos muy claro todos los partidos políticos hoy que tenemos que rechazar la violencia y contestarla conjuntamente. Y a partir de ahí, tenemos que recuperar un clima político que hoy todavía no hemos recuperado seguramente porque hay un problema de confianza que tenemos que ir resolviendo. En este sentido creo que la recuperación de la confianza es el primer elemento que necesitamos para emprender un diálogo político.
P. Si no le entiendo mal, la respuesta es que hay que trabajar todavía para ello como un objetivo en sí.
R. Hay que trabajar muchísimo y probablemente los instrumentos..., yo siempre he sido partidario de no sacralizar los instrumentos. Hubo respuestas legítimas y otras que no lo fueron para acabar con el terrorismo y tanto Ajuria Enea como Lizarra tenían una parte absolutamente legítima y estaban basadas sobre bases democráticas. Otros intentos no lo fueron. El GAL no fue un intento legítimo de acabar con la violencia. Pero no sé qué instrumentos tendremos en el futuro, no lo sé. Lo que sí sé es que tendremos que construirlos entre todos y que con toda seguridad no serán igual que los que hemos tenido en el pasado. Soy partidario de desmitificar ese debate sobre instrumentos que hemos tenido en el pasado. Creo que nadie intenta hacer las cosas de mala fe, excepto el que, por una idea diferente a la tuya y tener agallas, ha perdido la condición humana y es capaz de pegarte un tiro. Excepto ése o ésa, no creo que los demás, partidos políticos ni personas que estamos en la política, estemos interesados en hacernos daño, aunque a veces pudiera parecer lo contrario.
P. ¿Incluye a Batasuna en ese diálogo?
R. No. Hablo de un debate entre los partidos que aceptamos que las ideas hay que defenderlas desde el punto de vista político y democrático. El problema de Batasuna hoy es que no tiene autonomía política para pensar, no tiene proyecto propio.
P. ¿Y por qué firmaron el pacto de Estella?
R. Estábamos en una situación diferente, estábamos en una situación de tregua y Herri Batasuna o Batasuna o Euskal Herritarok se comprometió en tres bases que fueron auténticamente históricas. Ese documento será un documento para la historia, sin ninguna duda. Herri Batasuna se comprometió a defender unas ideas única y exclusivamente a través de la política y la democracia, desechando cualquier actitud, cualquiera, de utilizar la violencia para defender las ideas.
¿Qué es lo que pasó? Lo que pasó es lo que para los vascos seguramente es lo más grave que puede haber en esta vida y es que alguien falte a su palabra. Para que haya una posibilidad de articular políticamente cualquier iniciativa, Batasuna tiene que sentar su reflexión política sobre una base ética y moral que no es la que tiene en el momento actual.
P. A corto plazo está emplazado a una prueba con las elecciones municipales. Va a quedar patente que la situación no permite a algunos partidos presentar listas.
R. Al revés. Tenemos que hacerlo posible entre todos con las acciones que sean necesarias. Y esas medidas habrá que discutirlas con discreción. Por cierto, no como están discutiendo en estos momentos el PP y el PSOE, en torno a que uno ofrece listas, el otro le dice que no, el otro dice que tampoco. No, creo que hay que ser un poco más serios.