El Gobierno de Baleares cobrará la nueva tasa turística desde el 1 de mayo
El polémico impuesto turístico balear, conocido como ecotasa, se pondrá por fin en marcha el próximo 1 de mayo. El presidente de Baleares, Francesc Antich, anunció ayer la citada fecha para comenzar a recaudar el tributo, después de que el Gobierno central lo recurriera al Tribunal Constitucional, y este último diera la razón al Ejecutivo balear, autorizándole a cobrar la ecotasa.
Todos los turistas españoles y extranjeros que pernocten en un establecimiento hotelero de las Islas Baleares a partir del próximo 1 de mayo deberán abonar una cantidad comprendida entre 0,25 y 2 euros, dependiendo de la calidad del establecimiento.
Se trata del novedoso y polémico impuesto turístico promovido por el Gobierno balear conocido como la ecotasa y cuyos beneficios se destinaran a garantizar la sostenibilidad medioambiental de las Islas.
El presidente de Baleares, Francesc Antich, fue el encargado ayer de anunciar que el primero de mayo comenzará a recaudarse este impuesto, que reportará a las arcas baleares unos 60 millones de euros (10.000 millones de pesetas) anuales.
Durante su visita a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) en Madrid, Antich anunció también que en los próximos días se convocará a la comisión interdepartamental encargada de seleccionar los proyectos que se pondrán en marcha este año con el dinero recaudado por este tributo.
De hecho, la Consejería de Hacienda de Baleares está ya analizando qué dinero puede conseguir a través de préstamos para poder empezar a 'empujar' dichos proyectos, explicó el presidente balear.
Señaló también que en la comisión interdepartamental y el consejo asesor, en el que participarán todos los sectores sociales, serán los que consensuarán los proyectos que se van a poner en marcha y adelantó que la idea del Gobierno regional es que se invierta en todas las islas.
Pese a los detractores que ha tenido este impuesto -el primero de ellos el Gobierno central, que llegó a recurrirlo al Tribunal Constitucional-, Antich se mostró seguro de que no perjudicará al turismo de la región y se negó a vincular el futuro de este sector con un impuesto que, en la mayoría de los casos, supondrá 'sólo un euro diario'.
En su opinión, el hecho de que los precios hoteleros subieran en las Islas un 11% el pasado año no provocó un descenso turístico en la región, lo que significa que esto tampoco ocurrirá 'con un impuesto que significa muy poca cantidad repartida entre mucha gente'.
'No habrá polémica'
Además, confió en que 'no haya ningún tipo de polémica' y recalcó que 'lo interesante es el diálogo, que el sector turístico se avenga a participar tal y como prevé la ley que desarrolla el impuesto y participe también en la forma de gestión'.
En cualquier caso, la puesta en marcha de la ecotasa va a ser posible gracias a que el Tribunal Constitucional levantó el pasado 17 de enero la suspensión a la aplicación de este impuesto, después de que el Gobierno central lo recurriera.
En su primera resolución, el Constitucional dio así la razón al Ejecutivo de Antich, quien ayer manifestó que la autorización de este tribunal a aplicar la ecotasa 'da muchas perspectivas de futuro al Gobierno de Baleares, 'ya que se trata de una sentencia muy clara y contundente', dijo.
Y fue más allá al asegurar que un fallo del Constitucional en contra de la ecotasa no implicaría necesariamente la devolución de lo recaudado hasta ese momento, ya que, según indicó, existen precedentes de que cuando se trata de tanto dinero y repartido entre un importante número de personas, las sentencias han anulado el impuesto, pero no han obligado a la devolución del dinero.
Sin embargo, el ministro de Medio Ambiente y ex presidente de las Islas Baleares, Jaume Matas, se apresuró ayer a alinearse con el Ejecutivo central y criticó este nuevo tributo, al considerar que ' no es el momento oportuno para hacer experimentos y aplicar un impuesto que nos va a perjudicar a todos, porque al final no lo van a pagar los turistas, sino los empresarios y los trabajadores'.
En cualquier caso, Antich aseguró entender la discrepancia empresarial sobre este impuesto y, por ello, reiteró su disposición a la posibilidad de debatir con los detractores de esta medida, si bien advirtió que si alguien quiere sentarse a negociar con la intención de anular un nuevo impuesto que ya se ha aplicado en más de 25 países, ese alguien lo tendrá 'difícil'.