La confianza de los estadounidenses se dispara en enero
La economía estadounidense sigue mostrando signos contradictorios sobre su estado actual. Ayer mismo se conocieron dos datos que son la cara y la cruz del futuro económico de EE UU. Las malas noticias llegaron del Departamento de Comercio. El déficit comercial en noviembre de 2001 se redujo ligeramente para quedar en 27.890 millones de dólares (31.515 millones de euros), una contracción que refleja la caída del comercio mundial.
Sin embargo, la encuesta de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan ha registrado un fuerte aumento de las expectativas sobre el futuro de la economía (del 82.3 al 91.7), aunque ha caído la percepción de los estadounidenses sobre la situación actual (del 99 al 98.1). En su conjunto, el dato final alcanza el 94.2, un nivel muy superior al de diciembre (88.8) y mayor que el registrado a lo largo de todo el pasado ejercicio. Los economistas, no obstante, cuestionan la sostenibilidad de las expectativas en los próximos datos ante la falta de datos reales que validen este escenario de recuperación.
De hecho, los datos sobre comercio exterior recogen una caída tanto de las importaciones -por la menor demanda de crudo, productos químicos, componentes para la industria aeronáutica y ordenadores-, como en las exportaciones. La fortaleza del dólar frente a monedas como el euro y especialmente el yen está restando competitividad a las empresas estadounidenses en el exterior. De hecho, hace apenas una semana, el presidente de General Motors, Rick Wagoner, criticó la debilidad del yen, que, según su punto de vista, está significativa y artificialmente por debajo del dólar para facilitar el comercio de este país.
Las importaciones se redujeron un 0,8% y las exportaciones crecieron un 0,7%. Este porcentaje consigue ser positivo no por el aumento de la ventas de productos industriales, que retroceden, sino por el incremento de la demanda de servicios. En este sentido, es el comienzo de la normalización de los viajes, que descendieron tras los ataques del 11 de septiembre, lo que ha permitido esta subida.
Los economistas perciben que la caída de la demanda de crudo refleja una debilidad mundial y la caída de las importaciones reafirman la debilidad de las inversiones empresariales en el país dentro de este ámbito.
Con la vista puesta en el futuro, algunos analistas creen que el déficit aumentará cuando EE UU empiece a salir de la recesión en la que entró en marzo del año pasado por el aumento de las importaciones.