El Gobierno de Duhalde suaviza sus exigencias a las empresas españolas
Las empresas españolas coinciden en observar un talante más flexible en el Gobierno argentino. "Se están moderando día a día", confiesa un directivo de una gran empresa española tras los contactos informales de los últimos días. En el caso de los bancos, por primera vez se planteó la posibilidad de que créditos en dólares puedan devolverse en pesos.
Entre los ejecutivos de empresas españolas presentes en Argentinos se extiende la impresión de que el Ejecutivo de Eduardo Duhalde está más interesado en el consenso y agrada el ritmo más lento dado a las conversaciones. Se mantiene, no obstante, el temor a que la inestabilidad social trunque los tímidos avances de los últimos días.
Entre otras medidas, el Gobierno argentino estudia flexibilizar la norma que obliga a los bancos a devolver en dólares los depósitos que estuvieran nominados en esa moneda antes de la devaluación. La pesificación del pasivo es reclamada por la banca para evitar la quiebra, situación a la que abocaría cobrar en pesos los préstamos (hasta 100.000 dólares) y pagar en dólares los depósitos.
El viceministro de Economía, Jorge Todesca, admitió que se está estudiando permitir la retirada en pesos de depósitos a plazo fijo con fines específicos, por ejemplo para gastos médicos. La idea surgió durante los encuentros entre el presidente argentino, Eduardo Duhalde, y su ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, con la Asociación de Bancos Argentinos (ABA), que incluye a los bancos Francés y Río, controlados por BBVA y SCH, respectivamente. En principio la pesificación sería voluntaria, pero se habló de hacerla obligatoria "en el peor de los casos", según el diario Clarín.
Los analistas coinciden en que la conversión a pesos de todo el sistema financiero puede ser la clave de su supervivencia, pero castigaría a los ahorradores. El sistema financiero argentino tiene depósitos por 46.800 millones de dólares y sólo 20.400 millones de pesos. Tanto en el SCH como en BBVA se advierte un mayor realismo en las autoridades argentinas.
La anunciada aportación del sector petrolero al Estado argentino, para el que se barajan cifras entre 1.000 y 1.400 millones de dólares, no alcanzaría a cubrir el desequilibrio de la banca. Ramón Blanco, vicepresidente de Repsol YPF, lleva una semana en Buenos Aires siguiendo las conversaciones, aunque sigue sin perfilarse la figura jurídica que se utilizaría a cambio de que el Estado renuncie a crear un impuesto a la exportación. En las empresas proveedoras de servicios se advierte también un clima más propicio al diálogo. "Todo el mundo es consciente de que hace falta tranquilidad", dijo el portavoz de otra multinacional.
Precios congelados
Técnicos del Partido Justicialista mantienen reuniones informales con las empresas privatizadas. "Cada empresa debe hacer su aporte en esta situación de crisis: mantener la tarifa, no cobrar recargos por las dificultades de pago que tienen los usuarios, no suspender el servicio en casos de mora y mantener su propia plantilla", sostiene Carlos Montero, responsable del Instituto Nacional de Servicios Públicos, una organización del partido en el Gobierno. Sin cargo oficial, Montero es el cerebro del plan oficial de congelar los precios de los servicios públicos privatizados durante 180 días, así como de revisar todos los contratos de concesión realizados bajo la presidencia de Menem.
Tras señalar que no cree en la posibilidad real de que las firmas se vayan del país, admite que es seguro que "suspenderán nuevas inversiones en la medida que se resienta su negocio". De las primeras reuniones mantenidas con los directivos de esas empresas, Montero deduce que todas están dispuestas a revisar sus acuerdos contractuales, si bien reconoce que, en un futuro próximo, habrá una actualización de precios. La revisión de los contratos de concesión se estudiará por separado. "No es igual la historia de Aguas Argentinas que las de las telefónicas o los ferrocarriles", señala el técnico del peronismo como ejemplo.
Argentina aumentará un 25% la exportación de alimentos a Brasil
Duhalde promete que no gravará estas ventas
La devaluación del peso respecto al dólar estadounidense se dejará notar en las relaciones comerciales entre Argentina y Brasil. Según estimaciones del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Argentina aumentará sus exportaciones agroalimentarias a Brasil un 25% durante el primer trimestre del año.
Si se cumple esta previsión, dichas exportaciones se colocarán al mismo nivel que en 1999. Sin embargo, todavía estarán un 13% por debajo de las registradas en el primer semestre del año 1998.
Este cálculo toma como referencia una cotización de 1,4 pesos por dólar y una inflación anual en torno al 10% en Argentina. Para Brasil calcula una devaluación anual del 10% en el real y una inflación del 4%.
El ICCA avisa que la bajada de precios registrada en los últimos años "podría estar enmascarando un incremento efectivo del volumen de exportaciones".
Tras precisar que se trata sólo de estimaciones, el estudio concluye que "no cabe duda de que las exportaciones agroalimentarias a Brasil deberían incrementarse de forma notoria, si no surgen barreras de otro tipo o cambios en las reglas de juego tales como las retenciones y reintegros a las exportaciones". "Por lo tanto, añade, la salida de la convertibilidad tendrá un efecto positivo sobre el sector agroalimentario que se debería sentir a corto plazo, una vez solucionados los aspectos cambiarios internos".
El sector agrícola es el principal generador de divisas de Argentina. Y el presidente Eduardo Duhalde se reunió ayer con algunos de sus principales representantes para lanzarles un mensaje de aliento. Duhalde prometió que se aplicará el mismo tipo de cambio a las compras y las ventas que el sector agropecuario haga en el exterior y que no habrá retenciones impositivas a sus exportaciones.
Menos turistas
Otro de los efectos derivados de la crisis que afectará directamente a Brasil es el fuerte declive del turismo argentino. Según datos de la agencia de turismo brasileña, Embratur, el turismo de argentinos en Brasil cayó un 40% en el año 2001.
Embratur calcula que este año otros 300.000 argentinos dejarán de viajar a Brasil, lo que supone una pérdida aproximada de 181,175 millones de euros en la cuenta de turismo de Brasil.
Moody's confirma la calificación de la banca y S&P aconseja que no aporten más capital
Las agencias no descartan que BBVA y SCH decidan abandonar el país
La calificación crediticia de los bancos Bilbao Vizcaya Argentaria y Santander Central Hispano no se resentirá por la crisis argentina, a menos que decidieran hacer nuevas aportaciones a sus filiales argentinas. Moody's confirmó ayer las calificaciones otorgadas a las dos entidades financieras y definió su sesgo como "estable", dado que su exposición a la crisis es "relativamente limitada" y sus fundamentos son "robustos".
En el mismo sentido, Standard & Poor's consideró que los bancos españoles tienen capacidad para encajar los efectos de la crisis argentina. Jesús Martínez, analista de S&P en Madrid, ve al SCH más vulnerable a la crisis, con una exposición de 1.500 millones de euros frente a sólo 750 millones de euros del BBVA y con más riesgo asumido en economías vecinas como Brasil. La posición del grupo vasco en México se considera menos arriesgada. Martínez da por hecho que ambas entidades "serán reticentes a poner más capital en riesgo, porque no se ve una solución" a la crisis; pero recuerda que los bancos deben tener presente que "seguir poniendo capital en Argentina afectaría al rating". A su juicio, el sistema financiero argentino "ya está en bancarrota".
S&P no descarta que los bancos extranjeros decidan abandonar Argentina. En ese caso, las pérdidas se limitarían a lo invertido en ese país, unos 6.940 millones de euros en total, según calculó la analista internacional de la firma Tanya Azarchs. En el mismo sentido, María Cabanyles, de Moody's, declaró a la agencia Reuters que "no hay muchos argumentos para que los bancos españoles arrojen más dinero en sus filiales argentinas", por lo que no descartó que "den la espalda y se vayan".
La crisis argentina sí ha afectado a la calificación de la deuda de algunas empresas españolas. Fitch Ibca varió de estable a negativa las perspectivas de Telefónica, mientras que Moody's abrió un proceso de revisión a la baja de la calificación de Repsol YPF. S&P ya rebajó en noviembre el rating de la petrolera por su elevado riesgo en Argentina.
Montoro confía en que la crisis no afecte al resto de Latinoamérica
IU pide al Gobierno la cancelación de la deuda
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mostró ayer su "preocupación" respecto a la crisis económica que atraviesa Argentina y expresó su confianza en que no se alargue y no afecte al conjunto del área iberoamericana. "La crisis debe finalizar en un plazo no excesivamente largo, de forma que en 2002 no pase factura a los argentinos", señaló.
Montoro hizo estas declaraciones tras la reunión que mantuvo en Valencia con el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, el consejero de Economía, Vicente Rambla, y representantes del sector empresarial valenciano.
El ministro subrayó el apoyo que el Gobierno español está ofreciendo al Ejecutivo argentino "y a la sociedad para que encuentren una salida definitiva", que "tiene que estar asentada en la elaboración de un plan riguroso y coherente".
Por el contrario, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, criticó la escasa ayuda aportada por el Gobierno, que tan sólo ha representado los intereses de las compañías multinacionales españolas "sin tener en cuenta los intereses generales de los españoles ni la inquietud y la solidaridad con el pueblo argentino".
Llamazares pidió al Gobierno que cancele la deuda externa que mantiene con Argentina, calificando esta alternativa como "principal contribución para superar la crisis" y anunció que desde su partido se desarrollará una campaña de solidaridad sanitaria, social y económica.