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La CE advierte a los países del Este que los subsidios agrícolas serán limitados

El departamento de Fischler ultima un documento sobre las repercusiones de la ampliación de la Unión Europea en la política agrícola común en el que se desbrozan las grandes líneas presupuestarias para el futuro.

El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, aprovechó ayer su visita a la feria agrícola y alimentaria de Berlín para advertir que los subsidios directos a agricultores de los países de Europa Central y del Este deberán superar un plazo transitorio tras la adhesión antes de alcanzar todo su potencial.

El departamento de Fischler ultima un documento sobre las repercusiones de la ampliación de la Unión Europea en la política agrícola común en el que se desbrozan las grandes líneas presupuestarias para el futuro. El texto, según fuentes comunitarias, plantea un vago calendario sobre el periodo transitorio que deberán superar los países candidatos antes de que se puedan equiparar sus subsidios con los que reciben los actuales miembros.

La Comisión cree que la mayoría de los candidatos sólo están en condiciones de absorber una parte muy limitada de las ayudas. El papeleo, incluso, podría no merecer la pena respecto a las cantidades finalmente concedidas, asegura la Comisión Europea. El comisario austriaco Franz Fischler llegó ayer a afirmar que con los pagos directos "correríamos el riesgo de un levantamiento social, porque, de golpe, los agricultores ganarían bastante más que otros trabajadores en la misma región".

El comisario afirma que su propuesta de introducir gradualmente los subsidios no obedece a un prurito ahorrador. De todos modos, la presidencia española de la UE, a la que corresponde preparar la negociación sobre los capítulos agrícola y de ayudas estructurales, ya ha dejado claro que los límites presupuestarios se encuentran fijados hasta 2006, y que la financiación de la ampliación deberá respetar ese marco.

Gasto para 2005

El presupuesto de la Unión Europea ha previsto 14.200 millones de euros para los países candidatos durante el año 2005, cuando ya podrían haberse incorporado 10 nuevos Estados. En 2006 la cifra asciende a 16.700 millones de euros. En ninguno de los dos casos, el presupuesto contempla la posibilidad de que los candidatos se beneficien al 100% de la política agrícola y estructural de la UE, tal y como exigen los aspirantes al ingreso.

Para el Gobierno de José María Aznar, el ritmo acelerado de las negociaciones impide una evaluación sosegada de las diferentes posiciones. Madrid recuerda, además, que España también soportó largos periodos transitorios en numerosas áreas tras su incorporación a la UE en 1996.

Pero la presión europea no remite para que Aznar no pierda el ritmo en unas negociaciones que deben prácticamente rematarse bajo su presidencia semestral de la Unión Europea.

Ayer, el jefe de filas del grupo europarlamentario popular, Hans-Gert Poettering, exigió que se mantenga el ritmo actual, e incluso "queremos que se acelere todo el proceso", afirmó en una rueda de prensa en Bruselas. Poettering desea que las primeras adhesiones se produzcan en 2003, a tiempo para que los nuevos miembros participen en las elecciones europeas de 2004.

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