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REVOLUCIâN MONETARIA

Más de dos billones de pesetas atesorados han retornado a la circulación

Mientras los agentes económicos vienen requiriendo menos billetes y monedas para realizar sus transacciones económicas, el producto interior bruto (PIB) nominal registró en el primer semestre del año un crecimiento interanual del 7,2%.

La retirada de billetes en las oficinas bancarias por familias y empresas viene registrando una desaceleración creciente desde el tercer trimestre del año pasado. La demanda de efectivo ha alcanzado incluso tasas de variación negativas cada vez más pronunciadas a medida que transcurría 2001. También las compras realizadas con tarjetas de crédito están sufriendo una cierta desaceleración desde comienzos de año.

Mientras los agentes económicos vienen requiriendo menos billetes y monedas para realizar sus transacciones económicas, el producto interior bruto (PIB) nominal registró en el primer semestre del año un crecimiento interanual del 7,2%. La explicación a esta aparente contradicción se hace evidente: los agentes económicos están reciclando el efectivo que man-tenían atesorado, con lo que han retornado a la circulación billetes que se encontraban fuera del circuito de transacciones.

El Servicio de Estudios del BBVA ha analizado el efecto en la economía española de la próxima entrada en circulación del euro. Estima que a comienzos de 2002, momento de la puesta en circulación de la moneda única, habrán aflorado 2,2 billones de pesetas. De ellos, 400.000 millones lo habrían hecho en el cuarto trimestre de 2000 (periodo en el que se empezó a notar el denominado efecto euro), un billón de pesetas en los tres primeros trimestres de 2001 y otros 800.000 millones en el cuarto trimestre de este año.

La necesidad de convertir a euros el efectivo atesorado en pesetas estaría siendo aprovechada para financiar compras o inversiones adicionales o para anticipar decisiones de gasto adicionales a las que se hubieran realizado en el caso de que la peseta no fuera a perder poder liberatorio como medio de pago a partir de marzo del nuevo año.

Pisos y coches de lujo

Si el destino de este efectivo atesorado estuviera siendo la adquisición de bienes y servicios habituales, el impacto sobre la demanda y, por tan-to, sobre el crecimiento económico sería nulo. Pero to-dos los datos indican que el efecto euro está llevando el consumo y la inversión a registrar en 2001 tasas de variación relativamente elevadas para la posición cíclica de la economía española, porque son tasas que no se corresponden con factores co-mo la renta de las familias, la capacidad de endeudamiento y el empleo, en definitiva, con un deterioro de las expectativas de los consumidores.

Las matriculaciones de coches, por ejemplo, habían crecido hasta octubre el 3,4% sobre el mismo periodo del año 2000, con un perfil trimestral cada vez más expansivo y siendo el segmento de coches de lujo el que acapara los crecimientos superiores a la media.

Así, mientras las matriculaciones de marcas como Fiat, Seat y Citroën presentaban entre enero y septiembre tasas de crecimiento negativas, del -6,6%, -4,4% y -3,1%, respectivamente, las matriculaciones de Mercedes crecieron un 35,6%, las de Audi aumentaron un 18,2%, un 16% las de Volkswagen y un 12,3% las de BMW.

En cuanto a la inversión en vivienda, el afloramiento de efectivo se ha traducido en un mayor número de transacciones inmobiliarias y en un impulso a la edificación desde mediados del año 2000. Las consecuencias: una fuerte expansión del sector y un continuo aumento de precios.

BBVA ha estimado en 740.000 millones de pesetas (4.447 millones de euros) el flujo extraordinario orientado a la inversión inmobiliaria, que han supuesto el 12% del total de las ventas. Significa que, de las 900.000 transacciones estimadas para este año, 100.000 corresponderían al efecto euro.

La opinión en el Servicio de Estudios de BBVA es que, al contrario de lo que afirman algunos, las transacciones de consumo y de compra de vivienda que se están originando con este efecto no se realizan en dinero negro.

"Si así fuera, serían transacciones pertenecientes a la economía sumergida", aseguran. "En absoluto afirmamos que los vendedores de coches de lujo o de vivienda nueva estén realizando transacciones negras. Ni siquiera que estén aceptando dinero negro. Simplemente decimos que están aceptando billetes. Billetes en transacciones fiscalmente transparentes".

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