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Aznar elude precisar su estrategia para la ampliación de la UE

José María Aznar rehuyó ayer explicar en el Congreso sus planes para conseguir que durante el próximo semestre comunitario avance la negociación en curso para ampliar la Unión Europea, objetivo que ocupa el último lugar entre sus prioridades.

Federico Castaño Madrid

El presidente del Gobierno apuntó ayer en el Congreso sus prioridades para la presidencia comunitaria que empieza en enero, cuya lista comienza por la lucha contra el terrorismo, continúa con el compromiso de impulsar las reformas estructurales pendientes y finaliza con el proyecto de ampliación de la UE, objetivo sobre el que Aznar evitó definir la estrategia que planteará el Gobierno para coronarlo con éxito. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de IU, Gaspar Llamazares, echaron en falta en el discurso del presidente el esbozo siquiera de un horizonte político de construcción europea.

Aznar se limitó a subrayar que su "sexta prioridad será iniciar y facilitar el debate sobre el futuro de una Europa ampliada". No sólo renunció a entrar, pues, en las dos asignaturas pendientes más complejas de las negociaciones de adhesión, la agrícola y la de los fondos estructurales, sino que tampoco precisó cuál es la posición del Gobierno al respecto. Se limitó a comentar que trabajará para lograr "posiciones comunes" en estos dos capítulos, siempre desde el respeto al actual marco financiero, en sintonía con la opinión más generalizada dentro de la UE, al menos hasta el año 2006.

El escaso énfasis que el presidente puso ayer en este capítulo puede estar motivado por el escepticismo con el que dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores se observa el cumplimiento durante el semestre español de la agenda marcada por la Comisión Europea en el Consejo de Niza y, en particular, la tarea que afecta al logro de una posición común de los Quince en torno a las derivaciones agrícolas y financieras del proceso de ampliación comunitaria.

En cambio, Aznar sí se explayó ayer en la proyección exterior de la UE y, en concreto, en los esfuerzos que realizará durante el próximo semestre para afianzar las relaciones con Estados Unidos y con Rusia. Zapatero le reprochó que no asuma la relación entre la Unión e Iberoamérica como una "prioridad absoluta".

Entre la batería de medidas liberalizadoras que el Gobierno plantea para la presidencia comunitaria, Aznar no incorporó ayer novedad alguna. Citó la apertura de las redes europeas de transportes, la liberalización de los sectores de electricidad y gas, la integración de los mercados financieros y la apuesta por un mercado de trabajo más flexible, una asignatura pendiente esta última que no pudo aprobar en España, le recordó el portavoz de IU, debido a la firmeza de los sindicatos.

El líder socialista, junto a los portavoces nacionalistas vascos y catalanes, exigió a Aznar que encauce las demandas de las comunidades autónomas para hacer oír su voz en Bruselas, comenzando en primer lugar por la reforma del Senado. Aznar les respondió que en España ya hay suficientes mecanismos para dialogar con las comunidades y que en Bruselas es el Gobierno central el que representa a todo el Estado. Tampoco tiene intención de reformar la Cámara alta.

Zapatero también escuchó ayer bien clara la opinión que le merece al Gobierno su próximo viaje a Marruecos. Aznar consideró que se trata de un intento de "mediación" y lo calificó de "algo más que insólito". Con anterioridad, el portavoz del Grupo Popular, Luis de Grandes, advirtió que esta visita "es ajena a la voluntad del Gobierno y se hace contra su criterio".

El secretario general del PSOE defendió su derecho a visitar Marruecos como representante de un partido político sin por ello ser acusado de "deslealtad".

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