_
_
_
_
epigrafe

La caída del consumo de vino hunde el precio de la uva un 70% en cuatro años

El precio de la uva ha caído un 70% en los últimos cuatro años, tras el desplome de la última vendimia: un 35% en variedades tintas y un 15% en blancas. Ahora, la estabilización del consumo retiene el caldo en las bodegas, en algunas desde hace dos cosechas, y los industriales fuerzan el precio a la baja. Los agricultores, como consecuencia, comienzan a pedir la reactivación de las ayudas por abandono de viñedos.

El último acto del teatro de crisis que vive el mundo del vino lo ha escrito el precio de la uva en la reciente vendimia: la tinta se ha vendido un 40% más barata y la blanca en torno a un 15%. Así, el desplome acumulado en los últimos cuatro años ha sido de un 70%, si bien tanto en aquella época como en la actual los precios eran totalmente especulativos. Antes, por la eclosión de la fiebre vinícola: se consumía vino y se invertía en vino. Ahora, por las producciones históricas de los últimos años y por la estabilización del consumo: las bodegas tienen almacenadas dos cosechas y fuerzan precios a la baja.

En 1998, cuando el kilo de las variedades más selectas dibujó los picos más espectaculares, los productores se peleaban por lograr derechos de plantación, al viñedo accedían "no profesionales" e incluso se plantaron casi 200.000 hectáreas de uva de calidad en explotaciones mimadas (espaldera, riego por goteo), incluso cuando la Unión Europea prohibía taxativamente la siembra de nuevas cepas.

Primas al abandono

Era la fiebre del vino. Ahora, muchos agricultores comienzan a pedir que se vuelvan a primar los abandonos de viñedo y Agricultura, a petición del sector, contempla la posibilidad de no conceder nuevos derechos de plantación. Conclusión: el vino ya no está de moda.

En La Rioja, la variedad señera, la tempranillo, se ha vendido este año entre las 60 y las 85 pesetas, mientras que en la pasada campaña alcanzó una horquilla de entre 125 y 140 pesetas. En Navarra, el precio de la variedad tempranillo ha caído a veces hasta las 42 pesetas, a pesar de que hace dos años alcanzara las 200. En Extremadura, la uva tinta se ha desplomado hasta las 40-60 pesetas, aunque la blanca, macabeo, ha sufrido un descenso más suave, hasta las 25 pesetas kilo. En Castilla-La Mancha, la airén blanca se vendió unas ocho pesetas más barata.

En Jerez, la variedad palomino fue adquirida por los industriales a 50 pesetas el kilo, 30 pesetas más barata que en la campaña anterior; en Cataluña, los precios se han mantenido gracias a los acuerdos suscritos entre productores e industriales que garantizan los precios durante varias campañas, como ha sucedido en la Denominación de Origen Somontano, en Aragón o en Valdepeñas, en Castilla-La Mancha. También han sufrido desplomes considerables las uvas de vinificación de El Bierzo, Rueda o Andalucía. La Denominación de Origen de Ribera del Duero ha registrado los precios más estables: su variedad tinta del país ha sido vendida entre 75 y 225 pesetas, según zonas.

Por otra parte, según el sector , la producción de vino también caerá este año en España un 22%, dado que se estima un volumen de 35,5 millones de hectolitros de vino frente a los casi 45 producidos la campaña pasada. En Castilla-La Mancha se vinificarán 16 millones de hectolitros, frente a los 24,5 del año pasado, un 35% menos; en Extremadura, la cosecha supondrá un 30% menos; la Comunidad Valencia obtuvo la pasada campaña 2,3 millones de hectolitros y este año cerrará con 1,9, y Castilla y León pasa de los 1,7 millones de hectolitros en 2000 a 1,3.

Archivado En

_
_