La economía sufre la primera recesión global en casi dos décadas
Las economías industrializadas se contraerán en esta segunda mitad del año un 0,3%, lo que supone la primera recesión global en las últimas dos décadas. Las perspectivas de la OCDE para 2002 son poco halagüeñas, con un escaso 1% de crecimiento del PIB dada la desaceleración del comercio mundial. La reactivación se aplaza, pues, hasta 2003.
El conjunto de las principales economías se encuentra actualmente en recesión. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las economías de los países industrializados se contraerán un 0,3% en la segunda mitad de este año, algo que no sucedía desde 1982. En el conjunto del año, los países industrializados crecerán un 1%.
Y no será hasta finales de 2002 cuando empiecen a recuperarse del fuerte impacto que han supuesto los atentados del 11 de septiembre, gracias a las agresivas rebajas de los tipos de interés y el bajo precio previsto del crudo. Será, por tanto, una recesión de corta duración, según la OCDE, aunque este deterioro del entorno económico mundial provocará un aumento del desempleo de forma generalizada.
En el caso de Estados Unidos, la recesión se prolongará a la primera mitad de 2002, cuando la primera economía del mundo se contraerá el 0,1%, después del 0,6% del segundo semestre de este año. Eso sí, a finales del próximo ejercicio crecerá a un ritmo del 3,8%.
En el caso de la Unión Europea, la desaceleración no será tan acentuada como en EE UU, pero tampoco lo será la reactivación. La zona conseguirá eludir la recesión, según la OCDE, pero no superará un ritmo de crecimiento del 2,7% a finales del próximo ejercicio.
Como cabía esperar,Japón se lleva la peor parte y, "cuanto menos", registrará dos años consecutivos en recesión, sin que los expertos de la OCDE otorguen otro margen de actuación al Gobierno nipón más que la adopción de reformas estructurales.
Las estimaciones hechas públicas ayer por la organización suponen una rebaja de las previsiones preliminares filtradas hace apenas un mes. Según la OCDE, las principales economías crecerán un 1% el próximo año (1,2% estimado hace un mes y 2,8%, en mayo) y un 3,2% en 2003 (3,1% anterior), siempre bajo el supuesto optimista de una recuperación de la confianza de consumidores y empresas y un bajo precio del petróleo, derivados -ambos- de un "entorno político favorable".
La OCDE, no obstante, se cubre las espaldas y advierte de los riesgos que existen de un deterioro añadido de la coyuntura económica si se produce una mayor caída de la confianza, de las exportaciones de los países en desarrollo, un repunte de los precios del crudo o una fluctuación "imprevista" de los tipos de cambio.
Asimismo, destaca que los atentados del 11-S han introducido efectos negativos de largo plazo sobre la economía mundial, como el aumento de los costes de transporte por las mayores precauciones de seguridad, las dificultades de las reuniones empresariales y el encarecimiento de los seguros, lo que "puede reducir el potencial de crecimiento" de las principales economías.
La organización hace hincapié en que "la interdependencia global asegura que ningún país es inmune a la desaceleración del comercio mundial". En efecto, este escenario se acompaña de una escuálida previsión del 0,3% de aumento de los intercambios comerciales en todo el mundo, cifra que contrasta con el 12,8% registrado en 2000 y significativamente inferior al 2% estimado por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En este contexto, sólo Rusia, China e India registrarán un crecimiento robusto de sus intercambios comerciales y, precisamente, los dos primeros serán las únicas excepciones a la desaceleración prevista para el crecimiento mundial.
Mensaje para Greenspan
La OCDE, a diferencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), considera que Estados Unidos debería esperar antes de decidir nuevas rebajas de los tipos de interés. "El impacto completo [de las rebajas de tipos] todavía no se ha recogido, lo que da argumentos para una pausa en las reducciones de tipos", asegura el informe.
El caso de la UE es diferente. Con la inflación bajo control, el Banco Central Europeo tiene margen, a su juicio, para una rebaja adicional de los tipos en medio punto con el fin de impulsar el crecimiento de la zona.
España sólo crecerá el 2% en el próximo ejercicio
La OCDE también ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para España, aunque se mantienen respecto a lo pronosticado hace apenas un mes. Según la organización, la economía española crecerá el 2,7% este año y un 2% en 2002, frente al 2,9% estimado en mayo para ambos ejercicios. La economía repuntará hasta el 3% en 2003.
Así, el Gobierno se queda sólo en su previsión de alcanzar un crecimiento el próximo año del 2,9%, un objetivo que la OCDE califica de "optimista". El propio Banco de España situó recientemente sus estimaciones en una banda entre el 2% y el 2,5% para el próximo año. La Comisión Europea hará públicas hoy sus previsiones para la zona euro y, previsiblemente, reducirá su expectativas para España al entorno del 2%.
La OCDE basa sus cálculos en una mayor caída de las exportaciones y un fuerte deterioro de la confianza de los consumidores, que afectará al consumo privado. De hecho, la actual desaceleración del crecimiento hasta niveles inferiores al 3% "refleja la caída de las exportaciones y la debilidad del consumo privado".
En el lado positivo destaca que el acuerdo alcanzado entre los agentes sociales es un buen punto de partida para aumentar la productividad y favorecer una reducción del diferencial de precios con la zona euro. Asimismo, el abaratamiento de la energía contribuirá a reducir la inflación, aunque resalta que la tasa subyacente "permanece demasiado alta".
Desde España, la secretaria de Estado de Presupuestos y Gasto, Elvira Rodríguez, intentó restar ayer importancia a las previsiones de la OCDE, señalando que, en el caso de la economía española, ésta no entrará en recesión en los próximos meses, informa Bernardo Díaz. "Seguiremos manteniendo tasas de crecimiento positivas, muy por encima de la media comunitaria", añadió.
Rodríguez insistió en que la evolución de ingresos y gastos permitirán este año alcanzar el equilibrio presupuestario, al igual que en 2002, a pesar de la desaceleración económica y la incertidumbre generada tras los atentados terroristas contra Estados Unidos.
Falta información
Precisamente, la OCDE insiste en la importancia de mantener el equilibrio fiscal. Para 2001, la organización reconoce que el objetivo de déficit está garantizado "gracias al fuerte aumento de las cotizaciones sociales", según recoge el informe. Para 2002, la cosa cambia. Un crecimiento menor al estimado al diseñar los Presupuestos provocará "un pequeño déficit" fiscal, en contra de lo que sostiene el Gobierno.
Además, la organización recalca que el proyecto presupuestario "resulta difícil de interpretar", dada la falta de información respecto al impacto fiscal de la mayor capacidad tributaria de las comunidades autónomas.
El principal riesgo, según la organización, viene por el lado del empleo, que crecerá del 13% al 13,7% de la población activa en el próximo año. A su juicio, la caída de la actividad supone una clara amenaza para los contratos temporales.