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Trasmediterránea lanzará una OPA de exclusión antes de ser privatizada

Trasmediterránea tiene previsto lanzar una oferta pública de adquisición de acciones para retirar el valor de Bolsa. Esta OPA de exclusión sobre el 4% del capital de la naviera que no está en manos del Estado se realizará antes de su privatización, que debe estar completa, según los planes de SEPI, el próximo mes de julio. El precio de la oferta de exclusión rondará las 8.000 pesetas por acción (48,43 euros), su valor en libros, lo que supone tasar la empresa en unos 50.000 millones de pesetas (300 millones de euros) y el 4% en 2.000 millones (12 millones de euros).

El Estado ya ha puesto en marcha la privatización de Trasmediterránea, que debe estar completada el próximo mes de julio, según el calendario previsto por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), titular del 96% del capital de la naviera.

Pero para llevar a cabo esta venta la sociedad estatal debe resolver un escollo que ha sido recurrente desde que se empezó a hablar de la privatización: qué hacer con la participación del 4% en manos de varios accionistas minoritarios, teniendo en cuenta que el control societario de la empresa va a cambiar de dueño.

En Trasmediterránea consideran que deben ofrecer a esos socios la oportunidad de abandonar la empresa antes de ese cambio, para lo cual planea lanzar una oferta pública de compra de esos títulos con el objetivo simultáneo de excluir el valor de la Bolsa, según fuentes del proceso privatizador. Oficialmente, la SEPI afirma que no ha tomado todavía una decisión sobre este asunto, y que lo hará con la ayuda del banco asesor de la privatización.

La naviera que preside Miguel Ángel Fernández Villamandos baraja realizar la propuesta a un precio de 8.000 pesetas por título, similar al valor en libros de la acción (8.057 pesetas o 48,43 euros al cierre de 2000) y que otorga un precio por el 100% de la empresa de 50.000 millones de pesetas. Si la OPA se hace en los términos descritos, la oferta a los minoritarios ascendería a 2.000 millones o 12 millones de euros.

Curiosamente, desde que la SEPI anunció que ponía en marcha el proceso de privatización de la antigua naviera de Patrimonio, la acción, caracterizada por su nula liquidez y volumen de negocio, se ha disparado en Bolsa.

A comienzos de septiembre cotizaba a poco más de 50 euros por título, para alcanzar a finales de octubre los 75 euros. Esta sorprendente escalada en la cotización se ve con recelo en Trasmediterránea, que teme que los minoritarios utilicen esa referencia para exigir un mayor precio para la OPA. Las mismas fuentes recuerdan que en la segunda quincena de noviembre se registró en un solo día un volumen de negocio de 5.000 acciones, una cifra inédita en la historia bursátil de la empresa.

Mientras se definen los términos exactos de esta operación para preservar los intereses de los minoritarios, la SEPI avanza en la privatización. Hoy se elegirá el banco asesor de todo el proceso. Para hacerse con este negocio compiten cinco entidades: JP Morgan Chase, Santander, Banque Lazard, Lehman Brothers y otra firma de la que no ha trascendido su nombre.

Una vez contratada la empresa que tutelará el proyecto, se elaborará el cuaderno de venta, que estará listo a final de año. Los interesados podrán adquirirlo para presentar sus candidaturas a la puja.

Venta en julio

En febrero, la SEPI formalizará las invitaciones para ofertar de forma vinculante. Entre abril y mayo, el Estado facilitará información confidencial sobre la naviera a los interesados, que realizarán sus ofertas definitivas hacia el mes de junio. El objetivo de la SEPI es adjudicar la empresa en julio

En cualquier caso, algunos de los requisitos ya están fijados. El accionista público ha descartado que la privatización se realice mediante una colocación en Bolsa. Trasmediterránea se venderá en bloque a un ofertante, preferentemente a un consorcio.

También se valorará que el control del grupo licitante esté en manos españolas y que al mismo tiempo cuente con presencia de alguna de naviera internacional.

Trasmediterránea ganó 2.024 millones de pesetas (12,16 millones de euros) en 2000, con ventas de 44.000 millones (264 millones de euros). En 2001 prevé ganar 2.500 millones de pesetas (15,03 millones de euros), con ventas de 50.000 millones (300 millones de euros).

 

Interés de constructoras y navieras

La privatización de Trasmediterránea ha despertado el interés de las principales empresas del sector naviero, logístico y el de la construcción. Todas las operadoras navales españolas, Boluda, Suardíaz, Balearia -en alianza con Pitra o Fred Olsen- quieren hacerse con su gran rival.

No obstante, muchas de estas sociedades no tienen recursos para acceder a la puja, por lo que optarán por constituir consorcios con socios financieros o incluso han ofrecido ya su propia empresa como medio de pago. Esta fórmula tiene la ventaja de permitir que Trasmediterránea gane tamaño de forma inmediata.

La naviera controlada por la SEPI está también en el punto de mira de todas las grandes constructoras: FCC, Dragados, Ferrovial, ACS y Acciona, volcadas en procesos de diversificación hacia el sector servicios, y en especial al negocio del transporte.

Los cinco grupos citados tienen, aunque en distinta medida, recursos y capacidad de endeudamiento suficientes para embarcarse en esta aventura. Todos buscan una alianza con empresas navieras y entidades financieras para completar sus ofertas. Dentro del campo logístico, el grupo Bergé con intereses portuarios en el almacenaje y la distribución y con unas ventas globales de 400.000 millones de pesetas (2.400 millones de euros) también está interesado en la naviera pública.

En cuanto a las navieras extranjeras, además de Fred Olsen, que opera en España desde hace años, destaca el interés de la griega Atica, que ya opera en las islas Británicas de forma competitiva. También interesa a la sueca Stena y la danesa Maersk.

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