Las empresas deben invertir en formación para mejorar la creatividad de la plantilla
Las empresas deben centrarse en mejorar la creatividad de sus profesionales, destinando una mayor inversión en formación para sus plantillas.
Las empresas están necesitadas de líderes creativos. A esta conclusión llegaron los consultores y directivos que participaron ayer en la jornada sobre liderazgo empresarial ante un entorno imprevisible, organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD). Para el profesor de psicología social de la Universidad de Barcelona, Salvador García, es necesario activar la creatividad de los profesionales y no tanto de la innovación. "Innovar es liberar energía creativa, no comprar ordenadores", señaló García Sánchez.
Para el presidente de J&A Garrigues Andersen, Antonio Garrigues, se necesitan líderes informados, que den ejemplo, que se adelanten a los acontecimientos, que tengan valores éticos y que sean capaces de aportar tranquilidad y sosiego al resto de los profesionales.
En opinión del presidente de la consultora Hay Group, Enrique de Mulder, existen nuevos elementos que conforman la organización, que permiten armonizar los intereses de los accionistas, esto es, los valores corporativos. "Las empresas tienen que armonizar los intereses entre accionistas y clientes, aunque es difícil satisfacer a los dos a la vez". Como segundo rasgo, señaló Mulder, la empatía. "La calidad percibida es lo que puede atraer a los clientes. Hoy día, las organizaciones no están preparadas para la empatía. Sólo se trabaja para el jefe, no para la compañía", explicó el consultor.
El presidente de General Electric España, Mario Armero, recalcó que es necesario impregnar a las empresas de valores corporativos. "Tenemos que adaptarnos al cliente y al cambio. Para fomentar el éxito de clientes se requiere actuar en un entorno sin fronteras y ver el cambio como una oportunidad de crecimiento", añadió.
El que toma decisiones tiene que cometer errores
Ante situaciones de crisis un líder responde siempre. El profesor del IESE Santiago Álvarez de Mon comparó ayer la tragedia de los Andes, reflejada en el libro y en la película Viven, con las funciones de un líder. "Los 16 sobrevivientes del avión deciden comer carne humana para poder sobrevivir. Ante la adversidad tuvieron que decidir".
Añadió que tomar una decisión implica la posibilidad de errar. "Reivindico el error. Quien no se equivoca es que no hace nada. La excelencia es la gestión lúcida del error", agregó Álvarez de Mon. Para el profesor de la escuela de negocios el momento cumbre de un directivo es cuando tiene que decidir. "No tenemos garantía de nada, pero es importante actuar, dar el primer paso. En la tragedia de los Andes alguien tuvo que dar el primer paso y comer carne. Deshojando margaritas no se avanza nada", señaló.
En cuanto a los organigramas de las empresas, insistió en la necesidad de empresas llenas de vida. "Cuando entro en una compañía me fío mucho del ambiente que hay, en si hay sentido del humor". Recalcó, además, que el liderazgo pasa por el compromiso con una serie de valores.