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GUERRA AL TERRORISMO

Los analistas ven difícil que Europa siga la política fiscal de EE UU

La posibilidad de que la economía de EE UU caiga en una recesión ha traído consigo la puesta en marcha de una política fiscal mucho más expansiva de lo que hasta ahora su Gobierno nos tenía acostumbrados. El presidente estadounidense, George Bush, anunció la semana pasada ayudas públicas por valor de 75.000 millones de dólares. Los expertos dudan de que los países de la zona euro tomen este tipo de medidas pala alentar el crecimiento económico y sí confían en el efecto de las bajadas de tipos.

Tras pasarse casi dos décadas en el olvido, las políticas fiscales vuelven a ser un instrumento válido para las autoridades políticas y monetarias de Estados Unidos. Nueve recortes de tipos en un año no han sido suficientes para alentar el crecimiento económico y los ataques terroristas pueden provocar una caída drástica en la confianza del consumidor estadounidense.

El temor a una recesión está provocando en EE UU continuos debates sobre la eficacia que tiene la aplicación de políticas monetarias en momentos tan delicados como el actual. En este sentido, son muchos los economistas que señalan que los recortes de tipos no se han dejado sentir en el ciudadano de a pie, que ha cerrado drásticamente el grifo del gasto. La posibilidad de que Europa tome la misma dirección de EE UU y fomente el gasto público para reactivar la economía es limitada, según los expertos.

En primer lugar, las políticas fiscales de los Gobiernos de los países de la zona euro encuentran su primer obstáculo en el Pacto de Estabilidad. "æpermil;ste impide a los países ir mucho más allá de unos determinados límites", apunta Ignacio Benítez, analista jefe de la firma londinense IdeaGlobal. "Asimismo, mientras el superávit fiscal de EE UU permite a este país mayor margen para acudir al gasto público, los Gobiernos europeos se encuentra en plena cruzada por alcanzar el déficit cero", añade este experto. "Es muy pronto para que en Europa podamos hablar de la aplicación de políticas fiscales. El compromiso de equilibrio presupuestario sigue estando ahí", destaca Juan Antonio Cabrera, director de mercado del servicio de estudios de Caja Madrid.

Conscientes de las limitaciones por el lado fiscal, los propios ministros de Economía de las potencias europeas se han mostrado dispuestos a poner todo su empeño en mejorar los déficit públicos para dejar más margen a la política monetaria y, de paso, presionar al BCE para que siga bajando los tipos.

Por otro lado, los economistas advierten que en la zona euro la política monetaria ha tenido unos efectos mucho mayores de lo que en un principio pueda parecer. En este sentido destacan que la evolución del euro ha actuado hasta el momento como un elemento expansivo que ha apoyado las bajadas de tipos, mientras que en Estados Unidos la fortaleza que todavía muestra el dólar resta efectividad a las políticas monetarias. Jesús Vázquez, analista de Safei, explica que la economía de los países de la zona euro depende en gran parte del sector exterior. "En Europa no somos tan consumidores como en EE UU. Una alternativa a las políticas fiscales en la zona euro sería tener una monada única más floja", sostiene Vázquez.

El BCE celebra hoy una de sus reuniones quincenales y las probabilidades de que la autoridad monetaria europea anuncie un recorte de tipos están muy divididas. Por muy poco triunfan aquellos que piensan que el BCE se desmarcará de las acciones de la Reserva Federal y dejará el precio del dinero en el 3,75%.

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