Las empresas frenan la inversión en América y miran hacia China
Las empresas españolas han empezado a replantearse sus estrategias de inversión tras los atentados terroristas contra EE UU, una de cuyas primeras consecuencias será el aplazamiento de los proyectos en América Latina. Empresarios, Gobierno y Cámaras de Comercio han coincidido en apuntar hacia China como el país con mayores oportunidades de negocio en el nuevo escenario económico mundial.
Mantener el nivel de esfuerzo y la actividad en el comercio y las inversiones exteriores, pero aumentando la prudencia al máximo, fue el mensaje que transmitieron los máximos responsables de importantes empresas españolas y de las Cámaras Comercio a altos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Secretaría de Estado de Comercio durante la reunión que mantuvieron el pasado miércoles para analizar las consecuencias de los atentados terroristas contra EE UU.
Una prudencia cuya primera repercusión será la paralización de nuevas decisiones de inversión en América Latina, región que los empresarios asistentes y los representantes de la Administración coincidieron en identificar como la que sufrirá en mayor medida los efectos de la crisis económica y comercial tras los sucesos del 11 de septiembre, junto con Oriente Próximo.
España es el segundo inversor extranjero en América Latina (tras EE UU) con más de 11,8 billones de pesetas acumulados en los cuatro últimos años, y los empresarios presentes en la reunión, entre los que se encontraban Xavier de Irala (Iberia), Lucas Oriol (Talgo), Fernando Maravall (Cepsa), Ricardo Fornesa (Agbar), Francisco Pérez González (Eductrade), Julio Juberías (Agrolimen), José María Baztarrica (CAF) y Manuel Valdés (BBVA Trade), fueron muy claros al asegurar que están dispuestos a aguantar. Eso sí, con idéntica claridad aseguraron que respecto a las nuevas inversiones la situación será "esperar y ver".
Y es que los análisis realizados, tanto por el Gobierno como por el estamento empresarial, coincidían también en asegurar que el nuevo escenario de incertidumbre creado tras los atentados no sólo va a retrasar la reactivación de la economía de Argentina, sino que va a poner en serias dificultades a países como Brasil y Chile por la fuerte caída en la cotización de las materias primas.
En contraste con la situación de América Latina, empresas y Administración estiman también que China y el sureste asiático serán las zonas del mundo menos afectadas por la crisis. En este sentido, y en línea con el Plan Marco Asia-Pacífico aprobado por el Ejecutivo el año pasado, apostaron por potenciar los apoyos oficiales y los proyectos de la iniciativa privada hacia el mercado chino.
Para los agentes económicos españoles la incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), las tasas de crecimiento económico superiores al 6% en los últimos años, las señales de modernización apuntadas por el Gobierno de Pekín y las enormes inversiones a que obligan los Juegos Olímpicos de 2008 abren en este país "enormes posibilidades de negocio para las empresas españolas".
Respecto a la nueva situación internacional, la conclusión de la reunión fue que la crisis será "profunda pero corta", con un horizonte temporal de finales de 2002. Este moderado optimismo se justificaba por "la coordinación de los esfuerzos y actuaciones que están realizando las principales economías del mundo para minimizar los efectos de la desaceleración".
En el caso concreto de la economía española, el sentir de los asistentes se resumía en las palabras del director general de Comercio Exterior, Luis Cacho, quien aseguró que "España tiene una mayor capacidad de respuesta ante la crisis que sus vecinos europeos", aunque insistió en la necesidad de transmitir a la sociedad "un mensaje optimista que sirva de colchón a la incertidumbre generada".
Exteriores crea la Casa de Asia y el Pacífico
En consonancia con la nueva prioridad que la región de Asia y el Pacífico tiene para los objetivos estratégicos de la política exterior española, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha decidido crear la llamada Casa de Oriente, que, inspirándose en el modelo de la Casa de América en Madrid, aspira a coordinar todas las actividades, actualmente dispersas, que la Administración, las universidades, el mundo empresarial y de la cultura y la sociedad civil vienen desarrollando para reforzar la presencia de España en esta zona del mundo.
La nueva institución tendrá sede en Madrid y en Barcelona o Valencia y se configura como un consorcio público en el que participarán, además del Ministerio de Asuntos Exteriores, otros organismos de la Administración central, autónoma o municipal. Contará, además con un consejo económico, cuya misión será trabajar estrechamente con los empresarios interesados en apoyar sus programas y promocionar la presencia española en los mercados asiáticos.