Egipto y Arabia Saudí intentan coordinar una posición islámica única
Arabia Saudí y Egipto, las dos naciones árabes más influyentes y fuertes aliados de Washington, trabajan con intensidad para conseguir que la reunión extraordinaria de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) del próximo martes presente una posición común sobre la campaña global contra el terrorismo que lidera EE UU.
Ayer, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Ahmed Maher, se reunió en Riad con el príncipe heredero al trono saudí Abdulá y con su homólogo, Saud al Faisal.
Arabia Saudí mantiene una posición ambigua en su apoyo a EE UU. Por un lado, sostiene que "el islam aboga por la tolerancia y la paz" y su disposición a "apoyar y colaborar en los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo". Pero al mismo tiempo insiste en que no permitirá utilizar su territorio como trampolín para un ataque contra cualquier país musulmán, pese algunas informaciones en sentido contrario.
La OCI agrupa a 55 países islámicos, además de la Autoridad Nacional Palestina, y reclama que se diferencie entre terrorismo y "resistencia legítima contra la ocupación" en el conflicto que mantienen israelíes y palestinos.
Aunque todos los países islámicos, salvo Irak, han condenado los atentados contra EE UU, también son contrarios a participar en una represalia militar contra Afganistán. Algunos, como Siria e Irán, a los que EE UU considera patrocinadores del terrorismo, rechazaron claramente involucrarse en la lucha antiterrorista dirigida por EE UU y consideran que, en todo caso, debería hacerse bajo mandato de Naciones Unidas.
Además, insisten en la necesidad de vincular la lucha contra el terrorismo a la búsqueda de soluciones al conflicto entre israelíes y palestinos.